Desde el tintero, Mar adentro

La primera edición de ArpaFIL se realizó en 1995. Se concibió como un espacio para encontrar temas de arquitectura, el patrimonio y el arte en general; para presentar libros, autores, exposiciones, conferencias,  reconocimientos, debates, reflexiones, etcétera.

Organizamos directamente un máximo de 5 a 6 personas quienes concebimos el tema, planeación,  gestión de patrocinios, búsqueda de sedes e invitación de participantes, incluso montamos  exposiciones y pegamos carteles contando con la ayuda - en no pocas ocasiones -  (en calidad de museógrafos e incluso de cuelga cuadros) de los propios expositores o arquitectos homenajeados.

Procuramos que la gente aprecie las zonas y edificios olvidados pero importantes de Guadalajara como el Claustro de San Felipe (hoy Preparatoria de Jalisco), el Claustro de San Agustín, el Museo Regional de Guadalajara, el Parque González Gallo y el Claustro de Capuchinas entre otros.

En los concursos tratamos de llamar la atención sobre temas o casos importantes y poco atendidos como la zona del Parque Agua Azul, barrio de San Felipe, predios privados sobre los cuales prevalece la especulación (donde hay quienes depositan esperanzas de enriquecimiento o bien salir de alguna penosa deuda económica), edificios y sitios que ameritan ser evaluados y aprovechados en condiciones más amables y generosas para todos.

ArpaFIL convoca gente diversa: lo mismo al caricaturista Falcón (en el homenaje que se le rendía a Gonzalo Villa Chávez, esté lo proyectó en imagen y a semejanza de aquel clásico luchador pelón que siempre salía en las películas del Santo y similares), al mismo Alberto Ruy Sánchez o a un estudiante cualquiera.

 ArpaFIL no cobra entrada, no pide boletos, ni tiene zonas VIP. En más de alguna ocasión hemos tenido panelistas de primer nivel con salas semivacías que terminan convirtiéndose en una especie de tertulia entre amigos, colegas y personas interesadas o algunas que ni les interesa pero por alguna extraña razón llegaron al sitio ya sea para tomar un descanso o hasta por equivocación y que, ya estando ahí, se quedan interesados por los distintos temas que nos convocan.

Ha tenido grandes momentos de emotividad, camaradería, de encuentro con viejos amigos y la oportunidad de conocer a prospectos que con el tiempo se han convertido en respetables profesionales de las diversas disciplinas que abordamos, principalmente de la arquitectura, su enseñanza y su difusión.
Los ArpaFIL realizados, independientemente de su estructura formal, siempre encuentran sus territorios de informalidad y desenfado en donde los  grandes maestros: Teodoro González de León, Gonzalo Villa Chávez, Abraham Zabludovsky, Ricardo Alegría, Eusebio Leal, Juan Navarro Baldewec, Jordi Borja, Oriol Bohigas y Giorgio Grassi, entre otros, terminan compartiendo con los estudiantes el café y la charla, la reflexión y la copa. No pocos de los grandes momentos, de las conversaciones más lúcidas  de ArpaFIL, han ocurrido sin duda en las cantinas y bares.
ArpaFIL lo hemos venido construyendo los invitados,  el público y, en menor medida, nosotros: los organizadores. Es por eso, creo yo, que ha sobrevivido.

Mar Adentro Propone:
Ingresa a www.arpafil.com para conocer el programa
de actividades que brinda  ArpaFIL para Guadalajara.

Crónicas FIL

En la FIL hay que leer… hasta los avisos

Al llegar al estacionamiento de la Expo Guadalajara hay enormes letreros que avisan al asistente que anticipe su pago. Esto para evitar tumultos al final del evento, ya que, según los datos especificados en la página oficial de la FIL, mencionan que más de medio millón de personas asisten a esta Feria.

Siendo este el segundo evento de esta índole más importante a nivel mundial, resulta ilógico pensar que con toda la cultura que trae la feria, tiene otra cara, la falta de la misma por parte de los asistentes. Y es que la indiferencia del automovilista permite entrever un caos al pretender salir.

 Gente desesperada, cansada, ruido de motores, bullicio, entre otros tantos factores son lo que se escucha día a día en el subterráneo de la Expo Guadalajara, sin dejar de lado el  valioso tiempo que cada uno está perdiendo gracias al desinterés de todos, o al menos de la mayoría.

 Si atendiéramos a las indicaciones, o sugerencias que se nos hacen, podríamos mejorar estos aspectos, que, por más insignificantes que parezcan, hacen la diferencia, podríamos probarlo, y así nos ahorraríamos el desgaste extra.