Cultura | Hasta el momento se conocen 12 metros de longitud de la edificación Descubren subestructura en Chichén Itzá, de mil años de antigüedad La subestructura encontrada ayudará a asociar lo que aconteció durante etapas anteriores Por: NTX 22 de julio de 2009 - 17:28 hs MÉRIDA, YUCATÁN.- Arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia ( INAH) hallaron una subestructura de más de mil años de antigüedad, ubicada en las inmediaciones de los emblemáticos edificios El Castillo y Templo de los Guerreros, de la Zona Arqueológica de Chichén Itzá, en Yucatán. La construcción corresponde al periodo previo de esplendor arquitectónico del sitio, entre los siglos VIII y IX, lo que aportará información sobre el urbanismo maya. El descubrimiento de esta construcción se dio durante el proyecto de investigación que actualmente desarrolla el INAH, cuyas excavaciones, iniciadas hace cuatro meses, están orientadas a conocer rasgos arquitectónicos, contextos arqueológicos e información de las desnivelaciones del terreno. Se estima que el máximo esplendor del sitio se dio en el siglo X, y la subestructura encontrada ayudará a asociar lo que aconteció durante etapas anteriores. El arqueólogo Rafael Cobos, miembro del Consejo de Arqueología y responsable de la investigación, informó que los trabajos iniciaron con el objetivo de comprender las relaciones y orígenes de El Castillo, La Gran Columnata y Templo de los Guerreros, tres edificios característicos de Chichén Itzá. Agregó que se hizo una serie de excavaciones en los espacios contiguos de esas construcciones para determinar su desarrollo y evolución arquitectónica. Por el momento, de la nueva subestructura se han encontrado 12 metros de longitud. "Definitivamente su edificación es muy anterior al mismo Castillo o al Templo de los Guerreros, probablemente tiene hasta 100 años de diferencia. La construcción está directamente asentada sobre la roca madre o laja del subsuelo y hasta ahora se ha identificado una esquina de la edificación, una cornisa, una pared en talud y se cree se ha detectado la parte sureste, aún no se sabe dónde concluye o si existen en ella escalinatas". Las excavaciones avanzan hacia el norte y el poniente para conocer la extensión de la subestructura, además se ha encontrado una gran cantidad de relleno constructivo que utilizaron los antiguos mayas para igualar el terreno, así como cinco distintos niveles de pisos recubiertos con estuco que llegan hasta la misma base de la escalinata sur de El Castillo. El estado de conservación de la subestructura, destacó el arqueólogo Cobos, es bueno, debido a que en la época prehispánica fue tapado y sellado totalmente, utilizando los elementos disponibles de canteras aledañas como piedra caliza y cal. Una vez sellada la construcción previa, se niveló el terreno y se cubrió con un piso de estuco, sobre el que se edificó una nueva construcción. El estilo arquitectónico es similar al que se puede apreciar en la Plataforma de Venus. Sobre los desniveles existentes encontrados durante las excavaciones, el especialista del INAH comentó que fueron causados intencionalmente, con el objeto de evitar la acumulación de agua en los espacios, lo que implicó un amplio conocimiento en sistemas hidráulicos en el sitio, porque los ligeros declives indican que el agua de lluvia era canalizada hacia el norte y el este. Respecto al material cerámico hallado, dijo que hasta el momento sólo se trata de fragmentos, los cuales preliminarmente se fechan entre los siglos octavo y noveno y dan testimonio de una gran actividad constructiva que podría significar una masiva concentración de mano de obra. También se localizó carbón al que se le realizarán estudios de radiocarbono para determinar su antigüedad. Para el arqueólogo Cobos, la posibilidad de conocer nuevos grupos arquitectónicos como esta subestructura, revelaría que los antiguos pobladores de Chichén Itzá buscaban continuamente la forma de destacar de otros grupos sociales, al menos desde el siglo XVIII, ya sea por cuestiones políticas, económicas y religiosas. Subrayó que el hallazgo no es ninguna casualidad, toda vez que responde a una rigurosa planeación de las excavaciones, a partir de un registro topográfico y unidades de excavación, en las que se han hecho pozos de entre cuatro y seis metros de largo por dos de ancho, y con una profundidad hasta el momento de cuatro metros. Se prevé continuar con las exploraciones hasta el mes de septiembre. Finalmente, Cobos comentó que también se trabaja en la investigación de un patio-galería en la estructura 2D6, al norte de Templo de Guerreros, y en la reconstrucción de la Gran Muralla, que rodea toda la gran nivelación de la zona arqueológica. 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