Celebra el Museo José Luis Cuevas 18 años de vida

CIUDAD DE MÉXICO (23/JUN/2010).- Para celebrar los 18 años del Museo José Luis Cuevas y consecuentemente de la monumental obra 'La giganta' que luce en el centro del patio, esta noche fueron abiertas la nueva sala 'Los siameses' y la exposición 'Variada invención', de ese célebre dibujante, pintor y escultor.  

Durante una conferencia previa, el maestro Cuevas, quien reapareció en público después de la enfermedad que lo mantuvo ausente unos días, señaló con el desenfado y buen humor de siempre que 'mi amada esposa Beatriz del Carmen es más bonita que Frida Kahlo, y yo mucho más talentoso que Diego Rivera'.  

Sobre el contenido y las ideas de la exposición, Cuevas dijo  que 'son varios temas que de alguna manera tienen una relación con la enfermedad que yo estaba padeciendo en ese momento, el sufrimiento, la desesperación, la angustia, el miedo a la muerte y otros temas que, además, siempre me han inquietado'.  

Explicó que se trata de dos muestras. En la sala grande, explicó, se exponen obras recientes, aunque fueron realizadas antes de mi enfermedad; en la chica, que se inaugura esta noche y se llama 'Los siameses', presenta obras de pequeño formato, con curaduría hecha desde tiempo atrás para este nuevo salón, precisó.  

Sobre el título de 'Los siameses', que comparten la nueva sala y la escultura colosal que el próximo sábado será inaugurada en el Paseo Cuevas de San Angel, José Luis Cuevas comentó que 'se trata de nosotros, mi esposa Beatriz del Carmen y yo, que nunca nos separamos'. Y ella añadió: 'Como muéganos'.  

El polémico hombre de letras y brillante figura de la plástica mexicana abundó al decir que siempre están juntos, viven juntos y trabajan juntos porque ella es pintora. Subrayó que comparten un estudio pequeño, donde juntos dan rienda suelta a su creatividad, en obras de gran tamaño o pequeño, indistintamente.  

Luego compartió sus pensamientos al apuntar que 'siempre he dicho que antes que nada fui dibujante, después grabador y en tiempos más recientes escultor; descubrí el color cuando conocí a mi esposa, quien fue mi profesora en esa materia. Yo inicié mi labor con carboncillo, interviene ella y colorea mi obra'.  

De esa manera, dijo, Cuevas -con evidente y manifiesto dolor en la pierna izquierda a causa de la enfermedad de la ciática que lo tiene en convalecencia- 'ella, mi amada esposa Beatriz del Carmen, le ha dado color a mi obra y a mi vida'. Luego de esas declaraciones, procedió a la inauguración formal.