Alberga el MAP exposición 'Tres ofrendas a la Limón'

CIUDAD DE MÉXICO (04/NOV/2010).-  Cuadros de papel cortado, así como figuras de barro, cera, hueso, carrizo, alambre y vidrio, conforman la exposición 'Tres ofrendas a la Limón', que rinde tributo a tres de los principales promotores de la cultura popular mexicana: María Teresa Pomar, Jorge Rosano y Roberto Ruiz.  

El Museo de Arte Popular (MAP), con la colaboración del artesano Miguel Limón, exhibe 76 piezas de sus colecciones, en esta muestra que destaca la importante labor artística de este trío de impulsores del arte popular mexicano.  

En presencia de amigos y familiares de Teresa Pomar (1919-2010), Jorge Rosano (1955-2010) y Roberto Ruiz (1941-2006), el director del MAP, Walther Boelsterly Urrutia, inauguró esta muestra que busca mantener vivas las tradiciones nacionales y, a la vez, reconocer la ardua labor de estos tres personajes.  

María Teresa Pomar Aguilar nacida el 15 de diciembre de 1919 en Guanajuato falleció a los 90 años, el 13 de enero pasado en la Ciudad de México.  

Dedicó su vida a la investigación, promoción y difusión de las artes populares y las artesanías de México. Fue presidenta de Populart, organismo promotor de la creación del Museo de Arte Popular (MAP) y también dirigió el Museo Universitario de Arte Popular, que lleva su nombre en Colima.  

Curadora de múltiples exposiciones nacionales e internacionales, también realizó trabajo comunitario en los estados de México, Jalisco, Michoacán, Oaxaca y Zacatecas, entre otros, con el propósito de fortalecer, rescatar y preservar técnicas y conocimientos ancestrales.  

Por su parte, el artista Jorge Rosano ha llevado su obra al South Broadway Cultural Center y al Museo Latino de Omaha, en Nebraska; al Museo Etnográfico de Eslovenia, y a la Universidad de Viena, Austria.  

Roberto Ruiz es artista del hueso y cualquier material con cierta dureza; sus estilos incluyen figuras religiosas, pero particularmente calaveras, como influencia de su "reconocido maestro" José Guadalupe Posada.  

Las miniaturas de Ruiz son, en palabras de Carlos Monsiváis, "demostración única del don creativo de una persona y del genio de un arte popular, refinadísimo, ancestral, de vanguardia".