Martes, 26 de Noviembre 2024
Cultura | Su novedosa técnica fue precursora de la novela moderna en México

Agustín Yáñez tiene un lugar preponderante en la literatura mexicana

El académico jaliesciense es reconocido en la literatura mexicana por su obra, ''Al filo del agua''

Por: NTX


 CIUDAD DE MÉXICO (04/MAY/2010).- El académico jaliesciense Agustín Yáñez obtuvo un lugar preponderante en la literatura mexicana por una sola obra, "Al filo del agua" (1947), con la cual no sólo le dio sentido a los motivos que desembocaron en la Revolución Mexicana, sino que fue, por su novedosa técnica, precursora de la novela moderna en México.  

Yáñez, que fue secretario de Educación Pública entre 1964 y 1970, es considerado como el autor de la mayor triología sobre el campo mexicano: "Al filo del agua", "La tierra pródiga" y "Las tierras flacas.  

Nació el 4 de mayo de 1904 y murió el 17 de enero, de 1980, por lo que el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes ( Conaculta) le rindió un homenaje en el 96 aniversario de su natalicio.  

Asimismo se le considera un notable educador y político. Ejerció diversos cargos públicos, entre éstos la gubernatura del estado de Jalisco y además fue autor de una importante obra literaria que abarca novela, cuento y ensayo, entre otros géneros.  

El Conaculta señaló en un comunicado que la vida y obra de Yáñez "son un reflejo de su peregrinar entre la literatura y la política, entre la provincia y la gran metrópoli.  

"A diferencia de otros escritores, Yáñez alcanza la universalidad mediante la descripción y la acción de lo que sucede en la provincia", asegura el crítico literario Emmanuel Carballo, quien consignó en su libro 'Protagonistas de la literatura mexicana' (Lecturas Mexicanas, segunda serie, 1986) las conversaciones que sostuvo con el escritor en los años 60.  

La obra de Yáñez, asegura Carballo, "vale por la unción y penetración con que están vistos la gente y los paisajes de la provincia; por la manera en la que ahonda en los conflictos de los personajes, a primera vista sencillos y tal vez simples; por el lenguaje, regional y aun municipal en sus cimientos, suyo, universal y artístico en su elaboración definitiva'.  

Por su parte, el doctor en Derecho, Juan Manuel González Camarena, quien laboró bajo las órdenes de Yáñez en la Secretaría de Educación, aseguró que "las dos constantes en la vida de Agustín Yáñez fueron la docencia, producto de su infatigable apego al estudio; así como la honestidad y la disciplina en el campo de la política, porque, aunque algunos lo pongan en duda, fue un excelente político".  

Originario del mismo lugar donde nació Yáñez, el barrio del Santuario, en Guadalajara, González Camarena estuvo en contacto en varios periodos de la vida del escritor.  

"Lo frecuenté en el último trecho de su vida, durante 12 años, hasta que falleció", comentó.  

Yáñez como gobernador fundó la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad estatal, además de la Escuela de Trabajo Social y la Biblioteca Pública, en Guadalajara. También construyó la Escuela Normal, la Casa de la Cultura y las preparatorias de Ciudad Guzmán y Lagos de Moreno.  

Yáñez inició su actividad docente a los 19 años en su ciudad natal, en la Escuela Normal para Señoritas. Tres años después, sin dejar la Normal, impartió clases en la Preparatoria 'José Paz Camacho' y en 1931 ingresó como catedrático a la Escuela Preparatoria de la Universidad de Guadalajara.  

En Nayarit fue director de Educación Primaria y primer rector del Instituto del Estado. En la Ciudad de México tuvo desde 1932 las asignaturas de Castellano y Literatura en la Escuela Nacional Preparatoria.  

También trabajó como docente en el Colegio de la Paz Vizcaínas, en la Universidad 'Gabino Barreda', en secundarias y preparatorias de la Secretaría de Educación Pública, en la Universidad Femenina y en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).  

Desde muy joven, Yáñez demostró una seria preocupación por las cuestión del estilo literario, aunque él negara que éste lo gobernara y centrara sus afanes en encontrar "la respiración" adecuada para sus personajes.  

Su deuda con el pensamiento mexicano la pagó en 1951, con su tesis de maestría en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, que llevó por título 'Don Justo Sierra: su vida, sus ideas y su obra', con la cual recibió la mención suma cum laude por parte de sus sinodales Edmundo O´Gorman, Samuel Ramos y José Gaos, entre otros.  

Yáñez fue miembro de El Colegio Nacional (1952) y la Academia Mexicana de la Lengua (1953). En 1973 recibió el Premio Nacional de Ciencia y Artes, en el campo de Linguística y Literatura.  

Otras de sus obras son 'Genio y figuras de Guadalajara' (1941), 'Flor de juegos antiguos' (1942), 'Archipiélago de mujeres' (1943), 'Ojerosa y pintada' (1960) y 'Las vueltas del tiempo' (1975).  

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