Bastan unos cuantos pasos por las serpenteantes calles de su Centro Histórico para darse cuenta que Córdoba (España) no se parece a ninguna otra ciudad. En sus monumentos, puentes y murallas se guardan los murmullos del tiempo, una ciudad cuya voz está destinada a ser eco eterno en el corazón del viajero.Al sur de España, en la región de Andalucía, nos encontramos con esta ciudad atravesada por el río Guadalquivir y dueña de una historia hundida en las arenas del tiempo. Levantada por los romanos para afianzar su dominio sobre el sur de la Península ibérica, luego fue tomada por los ejércitos árabes cuya huella es palpable en su trazo. Sería la época del imperio español lo que terminaría por darle mucha de su fisonomía actual.Esta triple combinación hace de Córdoba una ciudad irresistible de recorrer, fascinante y enigmática. Sus calles estrechas suben y bajan, llevando a los pies del aventurero por un recorrido donde la cultura, los sonidos y la pasión de múltiples pueblos dejaron su propia impronta. Romanos sobre el Guadalquivir Hace 2 mil años los romanos levantaron sobre el río Guadalquivir un magnífico puente que habría de sobrevivir a todo, al menos hasta ahora. Remozado con el paso de los siglos, se mantiene como una de las arterias esenciales de Córdoba y un punto de visita indispensable para el turista.El puente conecta al barrio de la Verdad con el barrio de la catedral y desde aquí podrás disfrutar de bellas puestas de sol. También brinda una magnífica postal de la ciudad cordobesa por las noches, además de que tiene una animada vida comercial, con músicos y vendedores de chucherías tras el ocaso. Transitarlo es gratuito.Se estima que fue levantado en tiempos del emperador César Augusto en el Siglo 1 d.C., y tras ellos los árabes lo reformaron y le agregaron la Torre de la Calahorra en el extremo sur, y al norte la puerta del Puente, que muchos apodan como “puerta del Triunfo”, aunque solamente era entrada a la ciudad. Pero para hablar de fortalezas y triunfos, tenemos que caminar unos pasos hasta el Alcázar de los reyes cristianos.Fortaleza de dos mundos Es curioso cómo un edificio puede transformarse tantas veces a lo largo de la historia. Donde los romanos levantaron una aduana fluvial, los conquistadores árabes decidieron reformarlo en un alcázar, residencia real de los emires durante siglos, aunque con murallas y torres propias de una fortaleza militar.La conquista castellana en 1236 convirtió este palacio en una fortaleza, que atestigua guerras civiles y duros asedios hasta la llegada de los reyes católicos, quienes vivieron allí 8 años, tiempo en el que hicieron diversas reformas. Tan profunda sería su huella que el nombre actual de la fortaleza es Alcázar de los reyes cristianos.A pesar de su valor militar, jamás dejó su perfil de palacio, lo que explica sus bellísimos jardines, piletas y fuentes de agua, un verdadero oasis que se va revelando a la mirada de los aventureros. En su interior hay vestigios romanos, lo que permite lanzar el reloj de la historia miles de años al pasado. El costo de entrada es de unos 100 pesos mexicanos (sin guía), una inversión que vale la pena.Cuestión de feTras la conquista castellana de Córdoba y su posterior incorporación al imperio español, se comenzó a edificar en la ciudad una arquitectura católica que ayudará a equilibrar el aire oriental que le impregnó el emirato. La mejor forma de observar esta fusión es en su espectacular mezquita-catedral de Córdoba, consagrada a Santa María y sin duda un imán para el turismo católico y los viajeros amantes de la arquitectura. La espectacularidad de su arquitectura y el suave equilibrio entre dos de las grandes religiones monoteístas son un deleite a la vista.Construida en 784 como mezquita sobre lo que era una iglesia, luego fue convertida en catedral en 1238. Su exterior es espectacular, pero su interior roba el aliento y enternece el corazón de todo viajero. El costo de la entrada a la mezquita-catedral de Córdoba es de aproximadamente 290 pesos.Hay ejemplos más recientes de la arquitectura sacra católica en Córdoba que vale la pena que veas en tu visita. Por ejemplo, caminando sobre el puente romano se encuentra el Triunfo de San Rafael, una estatua dedicada a ese arcángel, custodio de esta ciudad andaluza. La obra sirve para bendecir a todos los que cruzan el río y de paso, es un magnífico ejemplo de la fe que pervive en la ciudad. Las velas a los pies de la estatua se encuentran constantemente encendidas, ya sea por obra de los viajeros o nativos de la ciudad.Este viaje termina donde comenzamos. El puente romano nos sorprende por la noche, a la espera de que el sol se levante y que la eternidad vuelva a caminar entre las calles, las almas y los ojos de Córdoba.Para comer: La posada del caballo andaluzCon un hermoso patio central con un decorado regional, servicio exquisito y un menú espectacular. Se encuentra en el barrio de San Basilio (C. Basilio 16), uno de los más bellos de la ciudad. ¿Recomendaciones? Prueba su salmorejo cordobés (crema fría de tomate, pan, aceite de oliva y ajo), un clásico de la cocina andaluza. El vermut es también un básico. Explora su carta en www.laposadadelcaballoandaluz.com.Para beber: Bar SantosLo verás casi siempre lleno, y hay una razón: Es muy famoso y cuenta con la bebida estrella de la ciudad, el “Fiti fiti”, una combinación al 50% de vino con uva Pedro Ximénez (dulce) y vino fino (seco). El resultado es espectacular. Cuenta con tortilla española y salmorejo. Está en la calle Magistral González Francés #3 y su página es www.tabernabarsantos.com.¿CÓMO LLEGAR?Desde Guadalajara puedes tomar un vuelo directo con Aeroméxico hasta Madrid. Ya en el Aeropuerto de Barajas es posible tomar un tren de cercanías que te deje en la estación de tren de Atocha, punto de conexión con las grandes ciudades de la Península.Una vez allí, puedes tomar un AVE (tren de Alta Velocidad de España) desde Madrid a Córdoba.