Después de haber recibido el anillo de compromiso, una de las mayores ilusiones (y preocupaciones) de las futuras novias es el vestido blanco con el que caminarán hacia el altar. A pesar de ser una prenda que solo se utiliza una vez en la vida, es un elemento muy representativo de las bodas y un recuerdo que queda plasmado en las fotografías para la posteridad. Es por eso que las mujeres comprometidas le dan la importancia que se merece a la elección del famoso vestido blanco. Éstas son algunas recomendaciones para lograr el mejor resultado posible.