Las cuatro colonias de Zapopan que tienen centros comunitarios de recreación y emprendimiento, como parte de la red de las “Colmenas” que se pusieron en marcha a partir de 2017, presentan una reducción de delitos. Los espacios están ubicados en Miramar, San Juan de Ocotán, Villas de Guadalupe y Villas de La Loma.En el caso de Miramar, entre 2019 y 2020 se redujeron nueve de 13 delitos; entre éstos, el homicidio doloso, que pasó de siete a uno.El robo a negocios bajó de 79 a 39. El hurto a casa habitación, de 23 a ocho. También bajaron los robos a personas, motocicletas, autopartes, vehículos y cuentahabientes, así como el feminicidio, según la Fiscalía estatal.Karen Gutiérrez Lascuráin, directora de Desarrollo Comunitario del Ayuntamiento de Zapopan, explicó que los centros participan activamente en materia de prevención del delito.Recordó que hace dos años, la Universidad de Guadalajara hizo un estudio donde resultó que “la población colindante, aunque no fuera nuestro radio, simplemente por habitar cerca de las ‘Colmenas’, percibía más seguridad”.En San Juan de Ocotán disminuyeron 10 de 12 diferentes ilícitos, en Villa de Guadalupe redujeron ocho de 10, mientras en Villas de La Loma bajaron cinco de ocho delitos.Las “Colmenas” son espacios para que la ciudadanía se relacione, aprenda oficios, reciba apoyo psicológico, inicie proyectos de emprendimiento, entre otros. Además, se brinda apoyo a las víctimas directas e indirectas.“El mismo espacio está probado que genera más seguridad. Son espacios públicos habitados, iluminados y apropiados por la comunidad”.Se proyectan otros centros en Las Mesas, en la Carretera a Saltillo, en Santa Lucía y en Santa Ana Tepetitlán.Aunque actualmente no pueden operar a su máxima capacidad debido a las medidas sanitarias por el COVID-19, los centros comunitarios “Colmenas” de Zapopan atienden un promedio de mil 500 personas al mes.La directora de Desarrollo Comunitario, Karen Gutiérrez Lascuráin, declaró que previo a la pandemia, los centros de Miramar, San Juan de Ocotán y Villas de Guadalupe brindaban servicio a casi dos mil 300 usuarios en temas de salud, educación, cultura y deporte, proyectos de emprendimiento, oficios y atención psicológica, entre otros, para generar comunidad. En el caso del Centro de Recreación y Emprendimiento Social de Villas de La Loma, a cargo del DIF, atienden a 150 personas.Gutiérrez informó que durante la contingencia sanitaria, estos espacios se utilizaron también para la entrega de apoyos. “Ahí se hacían temas más asistenciales, como la entrega de despensas a toda la comunidad que nosotros ya tenemos conectada. Los comedores funcionan también, pero las demás actividades las detuvimos por la pandemia”.Lo que se evita, dijo, son los eventos masivos. “Desde el último botón rojo empezamos con actividades diferentes”.Comentó que durante la pandemia se hizo un diagnóstico de la situación que estaban atravesando las familias que viven en los polígonos donde se ubican las “Colmenas” comunitarias, “para imaginar cómo podríamos ayudarles y facilitarles la vida ahora con las reaperturas”.Aclaró que la programación de los servicios cambió para dar respuesta a esas necesidades. “Ahora tenemos más apoyos a las mamás en el tema escolar, en el espacio de las computadoras… hemos empezado a trabajar esas plataformas de asesorías a los niños y a las mamás”.También se comenzó un proyecto con 80 mujeres que buscan emprender pequeños negocios. Todos los programas y proyectos que se promueven en estos centros, puntualizó, están enfocados en resolver algún problema de la comunidad.En el caso de los oficios, se brindan talleres de carpintería o costura, con el objetivo de reintegrarlos a la vida productiva. “Lo que vemos siempre e intentamos es que estos oficios terminen en algún tipo de emprendimiento colectivo”.Aunque se han retomado la mayoría de las actividades, subrayó que se están atendiendo las medidas de seguridad sanitarias. “Los grupos son pequeñitos, la idea es que sean entre 15 y 20 personas como máximo para evitar el problema del contagio”.Debido a la pandemia por el COVID-19, los centros comunitarios añadieron nuevas terapias psicológicas. Por ejemplo, la del duelo, para brindar servicio a quienes perdieron a un familiar a causa del nuevo coronavirus.“No se tenían actividades de duelo. Las de desaparecidos tampoco las teníamos antes de la pandemia, pero surgieron”, puntualizó la directora de Desarrollo Comunitario.Informó que en la “Colmena” ubicada en Miramar, el área de psicología atiende a cerca de 100 personas al mes. “Hacemos colaboraciones con muchas universidades: servicio social, servicio profesional… de maestrías y de universidades que nos ayudan para darle salida a estas necesidades, pero con mucho cuidado”.Reconoció que en el último año han aumentado las solicitudes de terapias, incluso, generando lista de espera.Para atender la demanda, se hace una revisión de quienes se encuentran pendientes. Si identifican que muchas de las personas son niños que tienen problemas con la falta de límites o de aprendizaje, se abre un grupo de 10 como máximo. “Para nosotros es más fácil atenderlos a todos, porque además podemos darles herramientas a los papás con relación a la crianza, a los límites… algunas técnicas”.Se formaron también círculos de mujeres para trabajar temas de relaciones de pareja y violencia. “Y esos grupos acercan a más personas, pero se puede profundizar mucho en la atención”.La funcionaria dijo que esto ha permitido reducir la lista de espera que actualmente se ubica en alrededor de 20 personas por “Colmena”. “Pero cuando es una emergencia, se les atiende porque se les atiende”.Otra forma de brindar servicio a los vecinos es canalizarlos con las universidades que ya están regresando a las clases presenciales. “Sobre la lista de espera aprendimos muy bien cómo irla resolviendo”.Durante el año pasado, el Ayuntamiento de Zapopan triplicó la cantidad de dispositivos entregados a las mujeres víctimas de la violencia que cuentan con una medida cautelar, conocidos como pulsos de vida. Mientras en 2019 se disponía de 150 botones de pánico, en octubre pasado aumentaron a 454.Hasta esa fecha, 310 pulsos de vida eran utilizados por mujeres que resultaron beneficiadas a través de esa herramienta. Los dispositivos portátiles envían una alerta a las autoridades tras ser activados por las víctimas cuando se encuentran en una situación de riesgo.El comandante Carlos Franco, de la Unidad de Víctimas de Violencia Intrafamiliar, explicó que el tiempo de atención a las víctimas es de tres a 10 minutos, dependiendo de la cercanía al sitio de algún vehículo de la Comisaría.Informó que a lo largo del programa (con corte a octubre pasado) se habían beneficiado a mil 085 mujeres con el uso del dispositivo y se habían realizado 19 detenciones de agresores.De acuerdo con lo establecido en el programa, las beneficiarias deben contar con una orden de protección emitida por el Ministerio Público. El uso del pulso de vida es por 60 días, con posibilidad de solicitar una ampliación del servicio por otros 30 días. En caso de seguir requiriendo el apoyo, debe hacer uso de otro dispositivo.Tenía más de 10 años de separarse de su esposo, pero Isabel Guerrero no superaba la violencia que padeció durante esa unión. Hace dos años acudió a la “Colmena” de Miramar, en donde la invitaron a formar parte de un grupo de mujeres a quienes se les brinda ayuda psicológica. “Nos ayudan a no normalizar la violencia”.Apuntó que desde su niñez sufrió de violencia intrafamiliar. “Con el tiempo, cuando me caso… ya nada más uno se cambia de demonio, porque en realidad sigue uno con la violencia”.Resaltó que necesitaba ayuda para superar esa relación, no la parte sentimental sino el daño que le causó. “Aunque la persona se vaya de tu lado, sigues sintiendo que no vales porque ya te dijo eso. Y si no recibes una ayuda adecuada, sigues creciendo con eso… vivía presionada”.En los primeros años, recordó, ella también estaba violentando a sus tres hijos. “Les di mucho silencio. Como siempre estaba deprimida, no tenía tiempo para ellos. Me quedaba dormida, no les ponía atención. Cuando me empezaron a ayudar me di cuenta que eso no era lo correcto y que yo valía, que tenía que seguir adelante y levantarme”.Isabel vive en la Colonia Floresta. Ahí tiene una estética en donde se dedica también a recomendar el centro comunitario a sus clientas, sobre todo a quienes padecen la violencia.Además de la ayuda psicológica se interesó por otros cursos, como uno de primeros auxilios. Actualmente cursa uno sobre alimentación para aprender a tener una dieta equilibrada.En 2017, el Ayuntamiento de Zapopan puso en marcha el modelo de las “Colmenas”, que está basado en los Parques Biblioteca implementados en Medellín, Colombia, tras la muerte de Pablo Escobar.Nacieron con el objetivo de reconstruir el tejido social y recuperar la paz entre las comunidades más afectadas durante esa época.En el caso de Zapopan, las autoridades destacan que son una apuesta por la prevención de la violencia y una cultura de la paz.Se inauguró el 21 de septiembre de 2017, con una inversión de 24.7 millones de pesos. El edificio tiene una capacidad para 300 personas.Su modelo de operación se basa en clústers que coordinan las diferentes áreas: arte, cultura y deporte, medio ambiente, educación, tecnología y salud integral.En éstos se desarrollan programas, talleres y capacitaciones, se brinda asesoría legal, asesoría psicológica y consultoría médica. Además, cuenta con un comedor comunitario que opera de lunes a viernes.Beneficia a más de 25 mil habitantes de las colonias Miramar, Arenales Tapatíos, El Rehilete, Prolongación Rehilete, Lomas de La Primavera, 12 de Diciembre, Paraísos del Colli, Balcones de La Primavera, Brisas de La Primavera y Carlos Rivera Aceves.El Ayuntamiento destaca que tras su puesta en operación, en esa zona se han reducido los delitos.En abril de 2019 se puso en marcha. Se invirtieron 21 millones de pesos para la construcción del edificio y la rehabilitación de espacios exteriores en beneficio de más de 20 mil habitantes.Entre los cursos y talleres que ofrece están: primeros auxilios, inglés básico, expresión artística, atletismo y huertos urbanos.También se brindan asesorías, que son impartidas por dependencias de Gobierno, asociaciones civiles, universidades y voluntarios.Abrió sus puertas en mayo de 2019. Se invirtieron 20.8 millones en este espacio, que beneficia a 46 mil habitantes de las colonias Villas de Guadalupe, San Marino, Junta de los Ocotes, Mesa Colorada, Mesa de los Ocotes, Indígena de Mezquitán, Agua Fría, La Higuera, Miguel Hidalgo, Lomas de Tabachines y La Martinica, entre otras.Se brindan talleres de oficio para reintegrar a las personas a la vida productiva, cursos para erradicar la violencia hacia las mujeres y la violencia intrafamiliar, talleres para evitar las adicciones, así como actividades para niñas y niños.Algunos de los servicios que brindan son: terapia psicológica, club de aprendizaje, psicomotricidad, inglés y matemáticas, karate, ritmos latinos y zumba, arte, medio ambiente, cultura y deporte.El Centro de Recreación y Emprendimiento Social se puso en funcionamiento en septiembre de 2018 y es operado por el DIF de Zapopan. Forma parte de la red de los Centros Comunitarios “Colmena”.Este espacio brinda atención simultánea a más de 150 usuarios, con talleres de oficios y actividades culturales, deportivas e informativas. En este centro y el parque incluyente aledaño se invirtieron 29.1 millones de pesos.Sigue #DebateInformador, participa en Twitter en el debate del día @informadorZapopanJL