Lunes, 25 de Noviembre 2024
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Economía

Apenas 1 de cada 4 jaliscienses cuenta con algún tipo de seguro

A pesar de su dinámica económica, la Región Occidente y Bajío muestra una baja penetración del sistema financiero, destacando por el poco uso del crédito, los seguros y el ahorro

El Informador

La última Encuesta Nacional de Inclusión Financiera revela que la Región Occidente y Bajío, donde se ubica Jalisco, es la segunda área geográfica con menor porcentaje de personas que cuentan con algún seguro. Esto significa que apenas 23.6% de los habitantes de la Zona Occidente, es decir, 3.8 millones de un total de 16.1 millones de personas, tiene contratado algún seguro, ya sea de vida, de gastos médicos, de auto, o contra accidentes.

Esta baja contratación de seguros es el reflejo de lo caro que resulta adquirirlos, y al no ser productos de primera necesidad, la gran mayoría de los trabajadores decide gastar sus salarios en las necesidades básicas, señala Daniel de Loera, profesor del Departamento de Finanzas del Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas (CUCEA).

“Si bien son instrumentos financieros muy nobles, también hay que decir que no son baratos. Una de las partes más importante de la aceptación de las bondades de un seguro, ya sea de vida, de daños o de gastos médicos, depende en buena medida de la capacidad financiera; es decir, que en algún momento dado la gente tenga consideración por estos instrumentos”.

De la cuarta parte de personas en Jalisco que tiene un seguro, seis de cada 10 tienen un seguro de vida, el tipo de seguro más adoptado. El 43.4% cuenta con un seguro de auto y 21.4% maneja un seguro de gastos médicos. Y sólo uno de cada 10 tiene un seguro personal contra accidentes y un seguro de casa.

El académico insiste en que, en un estado donde ocho de cada 10 trabajadores ganan cinco salarios mínimos diarios o menos (13 mil 254 pesos mensuales hacia abajo), es complicado que aumenten las contrataciones de seguros. “Es prioritario para el grueso de la población cubrir las necesidades fundamentales de alimentación, renta, transporte o escolaridad, y la siguiente posibilidad, luego de los adeudos y compromisos crediticios que se tengan, con los remanentes se podría pensar en tener un aseguramiento”.

En Jalisco, el seguro más popular es el de vida. AFP/Archivo

Apenas 4 de cada 10 cuentan con una Afore

Aunque 31.2 millones de mexicanos tienen una cuenta de ahorro para el retiro en alguna Administradora de Fondos para el Retiro (Afore), 44 millones no tienen Afore y 3.8 millones desconocen si la tienen o no. En términos relativos, esto significa que sólo 39.5% de los trabajadores nacionales tiene una Afore, un porcentaje menor al 41.2% registrado en la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera (ENIF) de 2015.

Expertos en finanzas consideran que el desconocimiento del trabajador sobre sus derechos laborales, lo hacen ignorar sobre la importancia de tener una cuenta de ahorro para el retiro, inclusive, saber en cuál administradora tiene cotizando su pensión y los beneficios o rendimientos que le generan invertir en una Afore.

“Además del poco ingreso de una persona en alguna compañía en México, que le impide generar ahorro suficiente, el trabajador ni siquiera sabe quiénes son beneficiados, la edad en la que tendría que retirarse para recibir sus mensualidades… y muchos fondos ni son reclamados a las Afores”, aseguró Luis de León, académico del ITESM en el Campus Guadalajara.

“En muchas ocasiones, el trabajador no tiene idea de la Afore en la que está, de lo que representa y de lo que pudiera significar proyectado hacia el futuro de su vida laboral, con la tranquilidad de obtener una pensión que le permita vivir dignamente”, analiza Daniel de Loera, académico de Finanzas de la Universidad de Guadalajara. “Además, permean más las malas informaciones respecto a las Afores que las buenas”.

En el caso de la Región Occidente y Bajío, donde se ubica Jalisco, el porcentaje de personas con una Afore es todavía menor que el promedio nacional, con un 37 por ciento.

Destaca que dos de cada 10 trabajadores no saben en cuál Afore están inscritos, y que las aseguradoras de Coppel, XXI Banorte y CitiBanamex concentran la mitad de las cuentas de ahorro para el retiro en la zona.

De Loera considera que los sindicatos y patrones deberían divulgar mayor información a sus obreros sobre los beneficios de tener una Afore. “Muchos de los trabajadores no conocen o no saben qué es una Afore, como se estructura su Afore, cómo van a estar sus recursos, y si no le gustan los rendimientos de la Afore, cómo se puede cambiar a otras Afores del mercado, cuánto cuestan y cuánto le cobran”.

Otro dato a destacar dentro de la ENIF 2018, es que 95% de los que tienen una cuenta de ahorro para el retiro no realizó aportaciones voluntarias; en otras palabras, apenas cinco personas de cada 100 pusieron sus ahorros en su Afore.

Del total de trabajadores que no realizaron un ahorro voluntario, 45% considera que no le quedó dinero para ahorrar, 15.5% desconoce las ventajas de las aportaciones voluntarias a su Afore y 14% no sabe cómo hacerlas o qué son estas aportaciones.

Expectativa

La Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS) estima un crecimiento de 6% en la contratación de seguros para finales de 2018.

CLAVES

Jaliscienses, rezagados en el uso de crédito

Mapa. Apenas una cuarta parte de la población de Jalisco usa créditos. De acuerdo con el mapa de inclusión financiera de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, en 2016, apenas 26.3% de los jaliscienses contaba con créditos como forma de financiamiento. Con ello, el Estado ocupa el sitio 26 de 32 estados.

Confianza. De acuerdo con especialistas financieros, el bajo uso de créditos de los jaliscienses se debe a factores como la falta de confianza en las instituciones bancarias por los altos intereses y las bajas percepciones salariales de los trabajadores que les impiden, entre otras cosas, ser sujetos de crédito; o el auge de alternativas como cajas populares, tandas, préstamos rápidos y, recientemente, las aplicaciones Fintech.

Carencias. El empleo precario, sin prestaciones, temporal o sin contrato permanente, hace que las personas no sean sujetos de crédito, señala Luis Alberto Güemez, profesor investigador de la Universidad Panamericana (UP).

Informalidad. Además, muchos trabajadores reciben sus ingresos de manera informal, inclusive, en efectivo para evitar pagos fiscales. Esto provoca que no puedan acceder a créditos y tengan que usar otras vías de financiamiento.

Salarios. Antonio Ruiz Porras, economista de la Universidad de Guadalajara (UdeG), expresa que, a pesar del tema salarial, la gente ahora tiene mejores condiciones económicas que les permiten explorar alternativas al crédito tradicional. “Como ejemplos están los pagos a meses sin intereses, apoyos laborales, gente organizada con mecanismos alternativos, cajas de ahorro o crédito. Esto hace que los préstamos no sean muy socorridos”.

Desconfianza. El poco uso de créditos también tiene relación con la desconfianza y el “rencor contra el sistema financiero”, señala Alberto Goyenech, del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO). Considera que la población con menores ingresos es quien más interés paga por los créditos, al ser etiquetados de manera errónea como “mal” cliente.

En México, 44 millones de personas no tienen una Afore. Carecen de un fondo de retiro para la vejez. EL INFORMADOR/Archivo

Baja accesibilidad 

La Encuesta Nacional de Inclusión Financiera revela que siete de cada 10 mexicanos no cuentan con algún crédito formal; es decir, servicios de crédito expedidos por alguna entidad bancaria, como son tarjetas departamentales, crédito de nómina, crédito hipotecario o automotriz, entre otros servicios. En la Región Occidente y Bajío, donde se ubica Jalisco, el porcentaje se reduce a un 28 por ciento.

Las tarjetas de crédito departamental o de tienda de autoservicio son las más utilizadas por los mexicanos, ya que seis de cada 10 mexicanos con acceso al crédito formal cuentan con al menos una tarjeta de este tipo. En contraparte, apenas 34%  de la población tiene una tarjeta de crédito bancaria.

Daniel de Loera, académico de la Universidad de Guadalajara, considera que la dificultad para acceder al crédito formal en México ocasiona que todavía sean pocos sus usuarios. Además, los requisitos para tener crédito y el costo de su manutención alejan a muchas personas, algunas de las cuales recurren al crédito informal para financiarse.

“Los productos que ofrece la banca comercial son selectivos, y esto te pone en un paramétrico en el que, si no cumples algún requisito, ya no eres sujeto de tener el producto o beneficio. Es más fácil conseguir una tarjeta de una tienda de conveniencia o departamental, que una de un banco”.

Ante la poca accesibilidad al crédito formal por parte del grueso de la población en México, la gente prefiere financiarse mediante otras instituciones como casas de empeño, y más recientemente las empresas de tecnología financiera.

“Con excepciones de las tarjetas de crédito o de tienda, existen otras instituciones financieras, no necesariamente bancos, que en algún tiempo llevan compitiendo contra ellos, como las aseguradoras, las sociedades cooperativas, que operan campos y rubros que hace tiempo no estaban siendo atendidos, y con un éxito mediano”, recordó De Loera.

Por otra parte, apenas 22% de los mexicanos tiene un crédito hipotecario de vivienda, y únicamente 4% posee un crédito automotriz. El alto costo de estos productos financieros disuaden a los clientes de adoptarlos.

“Existe la circunstancia de que las tasas, con la incertidumbre económica de este momento, te van a decir que ya no hay un crédito con tasa fija, sino ajustable. Si la inflación baja, la tasa te beneficiará y será más barato, pero si aumenta, tienes que pagar más por el crédito”.

“Totaleros”

Respecto al comportamiento de pago de una tarjeta de crédito, 65% de los usuarios es “totalero”; es decir, paga el total del adeudo para no generar intereses.

43.4%

Porcentaje de la población que cuenta con un seguro de auto, mientras 21.4% maneja un seguro de gastos médicos. Y sólo uno de cada 10 tiene un seguro personal contra accidentes o un seguro de casa.

Informal

Otros indicadores de la ENIF 2018 indican que cuatro de cada 10 mexicanos tienen algún crédito informal. La principal fuente de financiamiento es a través de dinero prestado de familiares (63%) o de amigos y conocidos (40%).

Este tipo de crédito es destinado principalmente a gastos de comida y personal (41%), gastos de salud (18.8%) y atender emergencias o imprevistos (18.2%).

Radiografía nacional

A nivel nacional, 25.4% de los mexicanos cuenta con algún tipo de seguro. Esto representa una ligera mejora respecto a la pasada encuesta de 2015, en la que se registró que 24.8% de los mexicanos tenía algún seguro de auto, casa, vida o gastos médicos.

El bajo uso de créditos se debe a factores como la falta de confianza en las instituciones bancarias por los altos intereses y las bajas percepciones salariales. AP/Archivo

Elevar la educación financiera, el reto 

La desigualdad en los ingresos y la falta de educación financiera son dos de los factores principales por los cuales la gran mayoría de los mexicanos no está incluida en el sistema financiero, aseguran expertos.

“Lamentablemente, el común de los mexicanos no leemos sobre los productos financieros que nos ofrecen, además, las instituciones educativas deben abordar estos temas, pero estos no permean en toda la sociedad”, menciona Daniel de Loera Robles, profesor de finanzas del CUCEA.

Además, los trabajadores deberían incrementar su capacidad de ahorro, algo que actualmente no se da porque casi todo el sueldo se destina a las necesidades básicas.

“Es claro que la circunstancia de capacidad de ahorro no se da en todos los trabajadores. Los compromisos monetarios y financieros, generan que la mayor parte, si no todo el dinero, vaya a estos”.

Luis de León, académico del Tecnológico de Monterrey Campus Guadalajara, opina que la Zona Metropolitana de Guadalajara, pese a ser una zona estratégica y sólida en la parte empresarial, todavía no ha logrado incluir a más personas en el sistema financiero.

“Existe el gran desafío de las poblaciones que no tienen acceso a la inclusión financiera, a bancarizar sus servicios, a pesar de que hay muchas personas que tienen sus negocios o establecimientos como ventas de mercancías y de servicios en el país. Necesitamos seguir promoviendo la importancia de la educación financiera desde las escuelas, la importancia de cuidar los recursos y el patrimonio, diferenciar entre ahorro e inversión, y tiene que ver con las condiciones sociales y demográficas en las regiones”.

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