El director y fundador del Instituto Hispanoamericano de Suicidología, Alejandro Águila Tejeda, advirtió que no se puede radicalizar la opinión de que el videojuego es el único factor que precipita la violencia, sino que existen muchos otros como la relación familiar y el contexto social, pero lo más importante es el manejo de las emociones."Un elemento importante son los aspectos de personalidad; es decir, hay jóvenes o niños con un pobre control de impulsos y poca capacidad de demora. Estos dos elementos hacen una personalidad impulsiva, poco tolerante y que, ante cualquier frustración, su respuesta inmediata no es el diálogo, negociar, sino la respuesta inmediata violenta", puntualizó.El otro factor es el entorno social, el ambiente donde se puede desenvolver alguien con mucha violencia, por robos, inseguridad, secuestros, homicidios y suicidios, pues puede producir un efecto en las personas.La mañana del 10 de enero, un menor de 11 años de edad pidió permiso a su maestra para ir al baño y cambiarse de ropa. Al salir vestía botas y jeans negros con tirantes, una playera blanca con la leyenda "Natural Selection" y dos pistolas con las que mató a su profesora, hirió a cuatro compañeros, a un maestro y luego se suicidó.La escena, ocurrida en el Colegio Cervantes en Torreón, Coahuila, resulta muy similar a la del 20 de abril de 1999 en la Preparatoria de Columbine, Denver, Colorado, Estados Unidos, en la que Eric Harris y Dylan Bennet Klebold asesinaron a 12 estudiantes y un profesor. El menor torreonense portaba el mismo atuendo que Eric y entre las primeras declaraciones estuvo culpar a los videjuegos.Águila Tejeda recomendó a los padres de familia tomar en cuenta tres aspectos fundamentales para detectar comportamientos que requieren de atención psicológica en sus hijos; no obstante, resaltó la importancia del acceso a la salud mental para todas las personas, así como una Ley de prevención del suicidio a nivel federal.Un primer foco de atención es que el niño es poco tolerante para todo, cuando el padre le dice no y el menor se vuelve agresivo, violento; es decir, que no tolere el que se le ponga un límite.Otro punto a observar es el excesivo tiempo que dedique a videojuegos, pues es un síntoma de adicción y, por último, que el menor socialice menos y tenga más actividad virtual que real.Daniel Gómez-Tagle, analista y consultor especializado en uso de la fuerza y Derechos Humanos, consideró que es importante cuestionarse cómo un niño de 11 años tuvo acceso a un arma y la necesidad de regularlas para tener un mayor control.Aunque existe una legislación que permite el acceso libre y legal al armamento para defensa personal en domicilio, la realidad es que la centralización impide que esto sea un control de facto.Si bien se pronunció en contra de que las personas tengan armas en sus casas porque no existe una conciencia social que garantice que darán seguridad, como un derecho establecido sí es necesario un mayor control en el acceso al armamento."Si en este caso los padres de este menor hubieran tenido que hacer un trámite legal por el armamento, en cuestión de horas sabríamos a quién responsabilizar", reflexionó.El caso de Torreón reflejó, además de la poca responsabilidad y ética que muchos medios de comunicación tienen en la publicación de su contenido, la degradación de la sociedad en conjunto, no sólo en la ciudad perteneciente a la Región Lagunera, sino en todo el país, opinó.AC