No hay nada como darse un rico baño después de un día pesado o incluso antes de empezarlo. Bañarse es, además de un signo de higiene personal, un momento de relajación, es por eso que hay quienes lo prefieren con agua fría y quienes con agua caliente.En temporada de frío, una ducha con agua caliente es bastante acogedora, así como en época de calor, no hay nada como echarse un balde de agua fría a la cara; sin embargo, ambas presentas ventajas y desventajas que te presentamos a continuación.Una investigación del 2014 indica que ducharse con agua fría ayuda a disminuir la hinchazón, los dolores musculares y la fatiga. Además de revitalizar el cuerpo e incrementar la energía también mejora la circulación. Asimismo, bañarse con agua fría beneficia a las uñas y el cabello, así como la pies, pues hace que se vea más firme, elástica y luminosa. No obstante, entre sus desventajas está considerar que no son buenas si estás enfermo porque pueden debilitar al sistema inmunológico.Un baño con agua caliente relaja al sistema nervioso y lo ayuda a descansar mejor. Entre sus ventajas destaca que la piel abre los poros y ablanda los músculos o bien, puede ayudar a descongestionar la nariz en caso de refrío.Entre otra de sus ventajas se deben señalar que bañarse con agua muy caliente daña la piel, pues causa aspereza. Además, puede empeorar los problemas de acné y si la temperatura es muy alta, puede dañar el cuero cabelludo, haciéndolo lucir seco y sin brillo.MM