Sábado, 23 de Noviembre 2024

¿Por qué las videollamadas agotan tu energía?

Según Gianpiero Petriglieri, estar en un videochat requiere más atención que una charla cara a cara

Por: El Informador

Para evitar estas “fatigas virtuales”, Gianpiero recomendó limitar las videollamadas a las que sean necesarias y que el encender las cámaras durante la transmisión debe ser opcional. ESPECIAL

Para evitar estas “fatigas virtuales”, Gianpiero recomendó limitar las videollamadas a las que sean necesarias y que el encender las cámaras durante la transmisión debe ser opcional. ESPECIAL

Desde que se impusieron las restricciones de aislamiento tras la propagación del COVID-19 en el mundo, las escuelas, las empresas y hasta las relaciones sociales se han mudado en su gran mayoría a las videollamadas en aplicaciones como Zoom, Facebook, WhatsApp, Hangouts y Jitsi, entre otros, lo que ha provocado que algunos usuarios se sientan fatigados sin saber cuál es la razón.

“La mayoría de nuestros roles sociales ocurren en diferentes lugares, pero ahora el contexto se ha derrumbado”

De acuerdo con Gianpiero Petriglieri, profesor asociado al comportamiento organizacional de Insead, estar en una videollamada requiere más atención que un charla cara a cara. 

“Los chats de video significan que debemos trabajar más para procesar las señales no verbales como las expresiones faciales, tono de voz y el lenguaje corporal”, dijo Petriglieri a la BBC.

Explicó que a estas se les suma la ansiedad y la incomodidad por el silencio que surge mientras se está conectado. “Nuestras mentes están juntas cuando nuestros cuerpos sienten que no lo estamos. Esa disonancia, que hace que las personas tengan sentimientos encontrados, es agotadora”.

Otro factor adicional, según Gianpiero, es la consciencia de que nos están mirando a través de la cámara, similar a cuando se está en el escenario y eres el centro de atención sintiendo la presión social y “la sensación de que necesitas actuar”, además de que se está en el hogar, donde puede que el individuo actúe de una manera distinta a como lo hace cuando se está con amigos, tal como lo menciona la teoría de la autocomplejidad.

“La mayoría de nuestros roles sociales ocurren en diferentes lugares, pero ahora el contexto se ha derrumbado (...) Estamos confinados en nuestro propio espacio, en el contexto de una crisis que provoca mucha ansiedad, y nuestro único espacio para la interacción es una ventana de computadora”, dijo.

Para evitar estas “fatigas virtuales”, Gianpiero recomendó limitar las videollamadas a las que sean necesarias y que el encender las cámaras durante la transmisión debe ser opcional, al menos no en todas las reuniones. Otras opciones son dejar lapsos de tiempo entre una videollamada y otra; así se evitará la sobrecarga de información.

AC

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