Los piojos han acompañado a los humanos a lo largo de toda su existencia. Ahora, científicos han comprobado que se puede extraer ADN humano del "cemento" que estos utilizaban para pegar sus huevos al cabello hace miles de años, lo que podría proporcionar una nueva e importante ventana al pasado.En concreto, los investigadores han recuperado por primera vez el ADN de este "cemento" de los cabellos de restos momificados que datan de hace mil 500 - 2 mil años; esto es posible porque las células de la piel del cuero cabelludo quedan atrapadas en la sustancia pegajosa que producen las hembras de los piojos cuando adhieren sus huevos, conocidos como liendres, al cabello."Al igual que la historia ficticia de los mosquitos encerrados en ámbar en la película Parque Jurásico (Jurassic Park), que llevan el ADN del dinosaurio anfitrión, hemos demostrado que nuestra información genética puede ser preservada por la sustancia pegajosa que producen los piojos en nuestro cabello", explica Alejandra Perotti.La investigación ha sido dirigida por la Universidad de Reading (Reino Unido), en colaboración, entre otros, con la Universidad Nacional de San Juan (Argentina) y la de Copenhague (Dinamarca). Los resultados se publican en la revista Molecular Biology and Evolution.El equipo de investigación extrajo el ADN del "cemento" de liendres de especímenes recogidos de una serie de restos momificados de Argentina; las momias eran de personas de hace mil 500 - 2 mil años que llegaron a las montañas de los Andes de la provincia de San Juan.El equipo también estudió las liendres antiguas del cabello humano utilizado en un textil procedente de Chile y las liendres de una cabeza reducida originaria del antiguo pueblo jíbaro del Ecuador amazónico.El análisis del ADN recuperado de las liendres reveló y confirmó por ejemplo un vínculo genético entre tres de las momias y los humanos de la Amazonía de hace 2 mil años.Según Mikkel Winther Pedersen, de la Universidad de Copenhague, la gran cantidad de ADN obtenida de estos 'cementos' de liendres sorprendió al equipo: "me llamó la atención que cantidades tan pequeñas pudieran darnos información sobre quiénes eran estas personas y cómo se relacionaban los piojos con otras especies de piojos, pero también pistas sobre posibles enfermedades víricas".AF