En la actualidad los niños y adolescentes tienen cada vez mayor contacto con la tecnología y sus avances. Gran parte de la población en esa etapa cuenta con algún dispositivo o redes para jugar videojuegos.Para los adultos puede ser algo novedoso o dañino pero, a través de diversas investigaciones, se ha confirmado que existen beneficios para los jóvenes y adultos. La Secretaría Ejecutiva del Sistema Nacional de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes (Sipinna) promueve el conocimiento de riesgos y beneficios del uso de videojuegos y su impacto tanto positivo como negativo en los menores y sus familias. Los estudios más actuales marcan más aspectos positivos que negativos. En una webinar moderada por Fernando Gaál Rodríguez, director de Promoción de los Derechos Humanos de Niñas, Niños y Adolescentes del Sipinna, se planteó que el entretenimiento digital ayuda en el desarrollo de las habilidades físicas, cognitivas, sociales y comunitarias. Los videojuegos se consideran agentes socializadores al igual que cualquier medio de comunicación, ya que transmiten valores e ideas a sus usuarios, reconociendo así su influencia en la formación de gustos, tendencias y comportamientos.Estos entornos de entretenimiento en videojuegos mejoran la capacidad de respuesta, tolerancia y la memoria visual ante situaciones inesperadas, lo que incrementa la concentración y la retención de detalles a solucionar. También fomentan el trabajo en equipo mediante el fortalecimiento de los lazos entre los jugadores con un objetivo común, refuerzan el liderazgo al tomar decisiones que impactan el rendimiento en el juego y facilitan el aprendizaje de nuevos idiomas a través de la interacción con personas de diversas partes del mundo.A pesar de los beneficios, siempre es responsabilidad de un adulto acompañar al menor en lo que consume, tanto en videojuegos como en cualquier tecnología y red social. Los estudios por la Sipinna añaden tener mayor cuidado con aquellas personas que sufren soledad, estrés o depresión, cualquier problema en casa y emocional puede agravarse en un contexto equivocado de los niños en sus videojuegos.
