Luego de haber estudiado el estado del hielo del Ártico por casi 40 días, la misión IceBridge de la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA, por sus siglas en inglés), concluyó operaciones tras cumplir con la mayoría de los objetivos marcados. Los vuelos del trabajo aerotransportado más largo de la NASA en este tema, inició el 22 de marzo y finalizó el 2 de mayo, durante las primeras semanas, IceBridge tuvo su centro operativo en la Base Aérea Thule, noroeste de Groenlandia, y en Fairbanks, Alaska. Desde ambos, IceBridge mapeó el hielo marino en mares de Chukchi y Beaufort, en tanto, en el océano Ártico central, así como el Glaciar Petermann, en rápida evolución, al noreste de Groenlandia. Como parte del proyecto, el 20 de abril, el equipo IceBridge se trasladó a Kangerlussuaq, al norte del Círculo Polar Ártico, en el centro oeste de Groenlandia, desde donde lanzó vuelos para medir el hielo terrestre. Este tipo de encuestas se realizan cada año para monitorear las regiones que han cambiado de forma rápida en las últimas décadas. En esta temporada la misión realizó 20 vuelos de ocho horas. De acuerdo con la agencia espacial estadunidense, del total de vuelos, ocho vuelos se centraron en el estudio del hielo marino, mientras que los 12 restantes se enfocaron en hielo terrestre. En este proyecto, la NASA también contó con la colaboración de subvuelos por parte de los satélites Sentinel-3A y CryoSat-2 de la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés) sobre hielo marino. "Esta fue la última campaña de IceBridge que tuvo lugar antes del esperado lanzamiento de ICESat-2", dijo el miembro de la misión saliente Nathan Kurtz. "Logramos una buena cobertura de la capa de hielo del mar Ártico, áreas de glaciares cambiantes y sobrevuelos de cuatro mil 550 millas de las futuras pistas ICESat-2 para garantizar continuidad entre múltiples misiones altimétricas durante un largo período de tiempo", agregó.NM