Europa, la luna de Júpiter, tiene un océano de agua salada que los científicos han querido investigar hace mucho tiempo, pero astrónomos descubrieron que la superficie tiene campos de picos de hielo, de unos 15 metros de altura, que impedirían el aterrizaje de cualquier nave.De acuerdo con un nuevo estudio, publicado en la revista Nature Geoscience, los campos de hielo, que los investigadores llamaron “penitentes”, son formaciones afiladas que se elevan desde la superficie y podrían estar dispersos en las regiones ecuatoriales de Europa.En la Tierra, la formación de estos depósitos masivos de hielo ocurre en lugares especialmente fríos donde la luz del Sol pega de forma directa y brusca sobre la superficie. Uno de los lugares más comunes para encontrar penitentes es en los trópicos, por su cercanía al Ecuador y por lo tanto la mínima variación del Sol.Estos lugares debe ser secos, con poco viento y con una luz solar que pegue casi desde la misma dirección siempre. El hielo recibe de forma directa los rayos del Sol que no lo derriten, sino que directamente lo evaporan gracias al proceso de sublimación.En la luna de Júpiter, los “penitentes” parecen haber sido esculpidas por el mismo tipo de sublimación, ya que las formaciones están limitadas a condiciones tropicales y subtropicales de gran altitud, explican los astrónomos en un artículo que da cuenta del hallazgo.Destacan que Europa tiene las condiciones perfectas necesarias para que los “penitentes” se formen de manera más uniforme, ya que su superficie está cubierta por hielo y cuenta con las temperaturas idóneas para que el hielo se sublime sin fundirse, pues hay muy poca variación en el ángulo en que está el Sol.El investigador de la Universidad de Cardiff, Daniel Hobley, y sus colegas utilizaron datos de observación para calcular las tasas de sublimación en varios puntos de la superficie de Europa, y luego los utilizaron para estimar el tamaño y la distribución de los “penitentes”.Concluyeron que los “penitentes” podrían elevarse hasta unos 15 metros y con un espacio de alrededor de 7.5 metros entre cada uno de ellos. Además, infirieron que estas formaciones serían más comunes alrededor del ecuador del satélite natural de Júpiter.“Las condiciones únicas de Europa presentan posibilidades de exploración emocionantes y un peligro potencial”, afirmó el doctor Hobley, quien advirtió que estas estructuras afiladas “harían que cualquier posible misión de aterrizaje en Europa sea extremadamente complicada”.“Esperamos que estudios como el nuestro ayuden a los ingenieros a desarrollar formas innovadoras de módulos que aterricen de manera segura en la superficie de Europa, a fin de que podamos descubrir aún más sobre este lugar fascinante y, quizá, buscar signos de vida extraterrestre”, agregó.Desde hace tiempo, los astrónomos saben que la luna de Júpiter tiene un océano de agua salada que aspiran a visitar en el futuro, pues algunos investigadores consideran que podría contener vida extraterrestre.AC