Un 10% de las más de 230 mil especies conocidas que habitan mares y océanos están en peligro de extinción, y se calcula que otros 2 millones de especies están por descubrir, señaló la presidenta de la Fundación Príncipe Alberto II de Mónaco en España (FPA2), en el Día Mundial de los Océanos.Carol Portabella destacó además que la exploración y conservación de estos territorios son asignaturas pendientes de la humanidad.Los océanos ocupan 360 millones de kilómetros cuadrados (el 71% de la superficie de nuestro planeta), un espacio mayor que todos los continentes juntos, pero apenas el 10% ha sido explorado y menos del 20% cartografiado, expresó.Portabella recordó también que el océano juega un papel determinante en el equilibrio medioambiental y la regulación del clima, pero también como fuente de proteína de 3 mil millones de personas. Además, es capaz de suministrar el 50% del exígeno que respiramos y de absorber el 30% del dióxido de carbono que produdimos, añadió. "Se trata de una inmensidad inexplorada, donde hasta ahora solo el 1,2% está protegido" por eso será fundamental que 60 países ratifiquen y adopten el Tratado de Alta Mar, o "Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar para la conservación y el uso sostenible de la biodiversidad de las zonas situadas fuera de la jurisdicción nacional", aprobado el pasado marzo.Esto debería ser durante la próxima Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Océanos, que tendrá lugar en junio de 2025 en Niza, Francia, recordó la presidenta de la FPA2.El acuerdo, producto de cinco años de negociaciones, recoge los principales retos para la correcta conservación y uso de los recursos de la Alta Mar, priorizando la protección del medio ambiente y la biodiversidad marina, según destacó Portabella.Establece herramientas de gestión para las nuevas áreas marinas protegidas, el reparto justo de los beneficios científicos o comerciales, compartiendo los beneficios de los recursos genéticos marinos, implementando la realización de informes de impacto ambiental para las actividades que puedan generarlos, y la creación de un organismo de control, detalló.Se trata de un marco legal que "impedirá también la práctica de actividades ilegales como la piratería, la pesca descontrolada, el vertido de contaminantes y otras actividades que ponen en peligro el futuro de la Alta Mar y por lo tanto del Océano, y de nuestra especie", enfatizó Portabella.