Para este estudio, los científicos compararon la información de la muerte de los árboles con los datos climáticos existentes para determinar las condiciones climáticas de calor y sequía que han causado estos episodios documentados de mortalidad. "Estamos dejando que los bosques de la Tierra hablen", manifestó William Hammond, ecofisiólogo de plantas de la Universidad de Florida.Los investigadores han recopilado datos de estudios anteriores que documentan dónde y cuándo murieron los árboles y luego han analizado después cuál era el clima cuando se produjo esa mortalidad; tras realizar esa comparación, los científicos observaron el mismo patrón."Lo que descubrimos fue que, a escala global, existe un patrón consistentemente más cálido y seco, lo que llamamos una huella inconfundible (como una "huella digital") de sequías más calientes, que puede mostrarnos cuán inusualmente cálido o seco tiene que ser para que los bosques estén en riesgo de muerte", ha descrito Hammond. Esa "huella inconfundible" que dejan los casos de mortalidad muestra que ocurrieron consistentemente cuando los meses típicamente más cálidos y secos del año se volvían aún más cálidos y secos, y que la mortalidad forestal global está relacionada con extremos climáticos intensificados.Los científicos, utilizando los datos del modelo climático, han estimado la frecuencia con la que ocurrirán estas condiciones climáticas letales en un escenario de un mayor calentamiento, en comparación con el clima de la era preindustrial, y han concluido que serán desde un 22 por ciento más frecuentes si hay un incremento de 2 grados, hasta un 140 por ciento más frecuente si las temperaturas suben 4 grados. Coautor de este trabajo, el investigador Cuauhtémoc Sáenz-Romero, de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo en México, ha expuesto en el mismo trabajo cómo los patrones climáticos recientes están afectando un bosque templado mexicano.Ha observado que en los últimos años, la temporada seca y cálida de marzo a mayo es aún más seca de lo habitual, pero también más cálida que nunca, y que esa combinación está generando mucho estrés en los árboles antes de la llegada de la temporada de lluvias de junio a octubre. En 2021, más de 8 mil árboles maduros murieron a causa de los "escarabajos descortezadores" en la Reserva de la Biosfera de la Mariposa Monarca en el centro de México; el efecto de la corriente del Océano Pacífico de La Niña derivó en condiciones más secas y cálidas, una combinación mortal que favoreció los brotes de plagas, han concluido los investigadores. FS