El plástico está en el fondo marino. El estudio estuvo orientado a evaluar la presencia de microplásticos en dos especies de peces de aguas profundas: el talismán (Alepocephalus bairdii) y el granadero (Coryphaenoides rupestris), dos especies que se capturan habitualmente entre los mil metros de profundidad.En concreto, la evaluación se realizó sobre 50 individuos de ambas especies. Además de encontrar restos de plástico degradado en uno de cada cuatro peces, los investigadores identificaron en uno de los especímenes un filamento plástico (tereftalato de polietileno, PET) completo.En los últimos años la comunidad científica internacional ha dado la voz de alarma sobre la problemática ambiental relacionada con el aumento de materiales plásticos en el medio marino. Se ha estudiado la presencia de microplásticos en una amplia variedad de animales, desde mamíferos y aves marinas hasta invertebrados.Los peces comerciales y de aguas poco profundas han sido objeto de numerosos trabajos sobre la ingestión de microplásticos, dada su importancia en la dieta humana. Sin embargo, se sabe poco sobre la presencia de microplásticos en las especies de peces que habitan en el océano oscuro, en la zona batial, y existe un alto grado de incertidumbre sobre la distribución de microplásticos en áreas alejadas de costa y el mar profundo.Este trabajo proporciona el primer estudio de referencia de elementos microplásticos en peces de tales profundidades en el Atlántico y "sugiere que estas especies podrían usarse como bioindicadores en futuras investigaciones", según Jesús Gago, coautor del trabajo y responsable del proyecto CleanAtlantic en el IEO.FS