El amartizaje del explorador robótico Perseverance de la NASA marcó el fin de un viaje de casi siete meses desde la Tierra hacia Marte, y el comienzo de la búsqueda de vida anterior en el planeta rojo con la ayuda de innovadores instrumentos tecnológicos.La misión Mars 2020 Perseverance de la agencia estadounidense superó con éxito el peligroso descenso en el escarpado cráter Jezero tras un recorrido de unos 470 millones de kilómetros desde su partida en julio de 2020, en Cabo Cañaveral (Florida).“Es tan surrealista”, dijo uno de los científicos del Laboratorio de Propulsión de la NASA, en California, durante la transmisión de la hazaña, mientras todos aplaudían.“Perseverance está viva en la superficie de Marte”, señalo la NASA tras tocar suelo marciano ayer por la tarde.El robot, el quinto de la NASA en Marte después de Sojourner, Spirit, Opportunity y Curiosity, comenzó a rodar ayer sobre suelo marciano sin problemas con la tarea de buscar vida antigua, tomar muestras, estudiar la geología y clima del planeta rojo y preparar el camino para un viaje tripulado.Con un peso considerado problemático, el vehículo espacial superó un descenso arriesgado a toda velocidad, en el terreno más difícil escogido hasta ahora por la NASA y con la incertidumbre que ocasiona el retraso de más de 11 minutos de las comunicaciones entre ambos planetas.La llegada de Perseverance, de mayor tamaño y peso que Curiosity, el otro robot que aún rueda por Marte, fue de forma automática, tal como fue programada por los científicos del Laboratorio de Propulsión, que tuvieron que aguantarse la demora en la señal para saltar de alegría y celebrar con prudencia en medio de la pandemia.Lo hizo en un área “peligrosa”: el cráter Jezero, que se cree fue el lecho de un lago y por tanto sería rico en microorganismos fósiles.Misión. Con el Perseverance, la NASA tratará de responder a la pregunta sobre si existió vida en Marte. Tiene el objetivo explícito de encontrar rastros de vida antigua, recogiendo durante varios años una treintena de muestras de rocas.Formas. Los investigadores creen que el cráter Jezero albergaba un lago de unos 50 km de ancho desde hace más de tres mil 500 millones de años. Los científicos buscan lo que llaman biofirmas: rastros de vida microbiana que “pueden tomar todo tipo de formas”, como “químicos” o “cambios ambientales”.Vuelo. Los primeros meses de la misión se dedicarán a experimentos paralelos. La NASA quiere, en particular, demostrar que es posible hacer volar un vehículo motorizado en otro planeta. El helicóptero, bautizado Ingenuity, intentará elevarse en aire con una densidad equivalente a 1% de la de la atmósfera terrestre.Sonido. Dos micrófonos del aparato tienen la función de grabar el sonido del planeta rojo. La NASA también experimentará la producción de oxígeno en Marte. Un instrumento llamado MOXIE, del tamaño de una batería de automóvil, debería poder producir oxígeno succionando dióxido de carbono de la atmósfera, con un proceso similar al de una planta. Ese oxígeno podría ser utilizado para respirar por humanos que vayan a Marte, pero también como combustible.En suelo marciano, los retos de la misión Perseverance, un vehículo de seis ruedas y unos tres metros de largo, se multiplican: ajustarse al difícil terreno y condiciones, probar los instrumentos, recolectar las muestras de rocas y sedimentos y también la incógnita de cuándo llegarán a Tierra esos especímenes.No va a ser antes de 2031, explicó José Antonio Rodríguez Manfredi, responsable ante la NASA de una pequeña estación meteorológica a bordo del robot.La NASA diseña ahora al menos tres misiones con ese objetivo, según explicó Bobby Braun, director del Programa de Devolución de Muestras de Marte, quien dijo que se trata de una tarea “ambiciosa y desafiante”.De unos cuarenta tubos del tamaño de cigarros, que el robot espacial Perseverance pretende recolectar durante al menos dos años en suelo marciano, la meta es regresar a la Tierra un mínimo de 30 para su análisis, subrayó Rodríguez Manfredi.