Dulzor. Esa quizás es la palabra que mejor define a Techaluta de Montenegro (al Sur del Estado de Jalisco). Queda perfecta cuando hablamos de su gente. Es perfecto para describir sus horizontes. Y sobre todo, se ajusta a sus sabores. Al mirar el mapa, encontramos a Techaluta al Sur de la Zona Metropolitana de Guadalajara, cerquita de lo que es la Laguna de Sayula, arribita de Amacueca y no muy lejos del legendario Juanacatlán.Por lo regular, para comenzar a describir una ciudad, Pueblo Mágico o rincón de nuestro país, comienzo con un poco de su historia o su traza urbana. En esta ocasión, el sagaz lector de PASAPORTE sabrá disculparme y permitirme comenzar de manera distinta. A Techaluta de Montenegro se le descubre por su gastronomía.Tierra de sabores intensos, existe algo que hace que todos los platillos que aquí se preparan posean una sazón especial. La birria blanca, por ejemplo, adquiere en este rincón jalisciense sabores y permanencia que no se encuentra en ningún otro lugar. Lo mismo sucede con el pozole, el pepián, el mole y las enchiladas.Pero cuando se habla de los sabores de Techaluta, es imposible no remitirnos a la pitaya, cuya temporada está próxima a comenzar y que en este espacio encuentra su vergel. Jugosa y de sabores cuya descripción suele escapar a la palabra escrita, la pitaya que aquí nace es una delicia que le ha hecho ganar fama incluso fuera de las fronteras jaliscienses.La pitaya tiene un lugar en el espíritu de Techaluta que va más allá de la gastronomía. Por ejemplo, cada año se celebra una feria anual dedicada a esta delicia, por lo regular, en la tercera semana de mayo.La Feria de la Pitaya no se trata nada más de comer este fruto. También incluye un certamen de belleza, desfile inaugural, baile de coronación, eventos culturales, bailables, obras, exposiciones y concursos. Sí, ¡todo por la pitaya!La celebración a la pitaya ocupa un lugar prominente en el calendario de fiestas de esta ciudad, que también cuenta con una feria taurina (del 9 al 16 de septiembre) y sus fiestas patronales, en honor a San Sebastián Mártir, en enero. Todos los datos, de acuerdo al calendario que maneja la página www.jalisco.gob.mx.Techaluta es una tierra donde el campo todavía juega un papel preponderante en su economía. Aquí encontrarás que además de la pitaya, el maíz, sorgo, frijol y la alfalfa dominan los capos de cultivo.La cabecera municipal, del mismo nombre, ofrece una idea de la riqueza que esta región ha presumido desde los tiempos de la Nueva España. Allí se encuentra, silencioso, el Templo de San Sebastián, que se comenzó a construir allá por 1646, aunque su estructura actual es de 1882.El templo es Centro de la vida tanto religiosa como social de Techaluta, especialmente los fines de semana, cuando los habitantes de la cabecera se dan cita en sus alrededores para asistir a los servicios religiosos, y claro, para ponerse al día con las charlas entre vecinos y conocidos.La riqueza que rodea a este municipio jalisciense no se mide solamente en cuestiones económicas. No hay dinero que compre la espectacular vista del Oeste de la Sierra de Tapalpa, las cuevas de Techaluta y el Cerro del Gavilán. Para quienes gustan de capturar la belleza natural con su cámara, este rincón jalisciense es un infaltable que deben atrapar.Con la cercanía de Semana Santa, no es mala idea asistir y conocer este rincón de Jalisco. Aquí, como en buena parte de nuestra Entidad, estas fechas se viven con fervor y se disfruta del Domingo de Ramos, el Viernes Santo y el Viacrucis. Si deseas darle un toque diferente a tus vacaciones, quizás esto es lo que buscas.380 hectáreas de pitayas tiene Techaluta (hasta 2017).52 mil frutos se generan cada temporada.5 mil pitayas se pueden obtener cada día.