Sábado, 23 de Noviembre 2024

¿Malestar respiratorio? Identifica de qué se trata

En plena crisis sanitaria por el coronavirus, es importante diferenciar entre los síntomas del COVID-19, la gripe y otras enfermedades

Por: El Informador

Ante cualquier malestar por más mínimo que sea, hay que reforzar las medidas de higiene personal y del entorno cercano. ESPECIAL

Ante cualquier malestar por más mínimo que sea, hay que reforzar las medidas de higiene personal y del entorno cercano. ESPECIAL

Ante el brote del COVID-19 (coronavirus) en el mundo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recalca la importancia de un diagnóstico oportuno que permita identificar y actuar inmediatamente ante los síntomas que suele presentar, especialmente, ya que algunas reacciones pueden confundirse con otras enfermedades comunes como las alergias y la gripe.

La OMS puntualiza que el COVID-19 pertenece al núcleo de los coronavirus, considerados como una familia de virus que pueden presentarse en animales y humanos, quienes particularmente se ven afectados y desarrollan infecciones respiratorias con síntomas comunes como un resfriado hasta complicaciones más graves como el síndrome respiratorio de oriente medio (MERS) y el síndrome respiratorio agudo severo (SRAS).

Ante cualquier malestar por más mínimo que sea, hay que reforzar las medidas de higiene personal y del entorno cercano; principalmente, no medicarse sin el previo diagnóstico y autorización de un doctor.

En su informe general, la OMS detalla los síntomas más constantes cuando el COVID-19 ya está presente en el organismo y está totalmente activo, pues se ha detectado que hay personas que han contraído esta carga viral, pero no han presentado malestares, es decir, son asintomáticos.

Entre los síntomas más comunes del COVID-19 resaltan la fiebre, el cansancio y la tos seca, y que alternadamente y/o por periodos también se manifiestan dolores musculares, congestión nasal, rinorrea, dolor de garganta; síntomas o reacciones que comienzan con malestares muy leves y graduales.

“La mayoría de las personas (alrededor del 80%) se recupera de la enfermedad sin necesidad de realizar ningún tratamiento especial; una de cada seis personas que contraen COVID-19 desarrolla una enfermedad grave y tiene dificultad para respirar”, comparte la OMS.

El organismo de salubridad añade que en el caso de las personas mayores —de más de 60 años, generalmente—, así como quienes padecen afecciones médicas subyacentes como hipertensión arterial, problemas cardiacos o diabetes, tienen más probabilidades de presentar un cuadro clínico más grave.

Es por ello que ante las características del COVID-19, es de suma importancia conocer a detalle el historial clínico personal y familiar, no solo en el histórico de enfermedades más complejas como el cáncer o diabetes, pues las condiciones genéticas y hasta estructuras físicas pueden detonar complicaciones respiratorias comunes y constantes como alergias y resfriados.

El “período de incubación” es el tiempo que transcurre entre la infección por el virus y la aparición de los síntomas de la enfermedad. La mayoría de las estimaciones respecto al periodo de incubación del COVID-19 oscilan entre uno y 14 días , y en general se sitúan en torno a cinco días. 

¿Qué es cada padecimiento?

Aquí la importancia de conocer cómo nuestro cuerpo reacciona inmediatamente ante cualquier enfermedad o alteración por alimentos, cambios de temperatura, cercanía o interacción con químicos, áreas sucias y hasta ventiladores y sistemas de calefacción o enfriamiento.

En el caso de la gripe, la OMS explica que se trata de una infección vírica que afecta y presenta malestares en la nariz, la garganta, los bronquios y en casos más graves en los pulmones. Añade que este virus es de fácil transmisión de persona a persona mediante gotículas y pequeñas partículas expulsadas por tos o estornudos, y se hace más presente en epidemias estacionales.

Las alergias, por su parte, suelen ser estacionales y/o generadas por irritantes presentes en el aire (alérgenos), que generalmente causan malestar en la nariz ante la liberación de histamina, la cual causa la inflamación y la producción de fluido en los frágiles epitelios (congestión) de los conductos nasales, los senos paranasales y los párpados. Algunos de los alérgenos más comunes son: el polen, ácaros, polvo, moho, excremento de insectos como la cucaracha, caspa animal y el humo del tabaco, por ejemplo.

FUENTES: Organización Mundial de la Salud (OMS: https://www.who.int/es) y Stanford Children’s Health, de San Francisco (https://www.stanfordchildrens.org/).

EL INFORMADOR• E. Victoria

Recomendaciones generales

  • Lavarse las manos frecuentemente y secárselas bien.
  • Mantener una buena higiene respiratoria, cubriéndose la boca y la nariz al toser o estornudar con pañuelos y desechándolos correctamente.
  • Autoaislarse rápidamente en caso de malestar, fiebre u otros síntomas gripales.
  • Evitar el contacto con personas enfermas.
  • Evitar tocarse los ojos, la nariz y la boca.

En concreto

  • GRIPE. La infección dura generalmente una semana y se caracteriza por la aparición súbita de fiebre alta, dolores musculares, cefalea (dolores de cabeza) y malestar general importante, así como tos seca, dolor de garganta y rinitis.
  • ASMA. El asma es una de las principales enfermedades no transmisibles. Se trata de una enfermedad crónica que provoca inflamación y estrechamiento de las vías que conducen el aire a los pulmones. Requiere de diagnóstico especializado y autorización para tratamiento y medicamentos.
  • ALERGIAS. Síntomas comunes: estornudos, congestión, nariz que gotea, comezón de la nariz, la garganta, los ojos y los oídos, así como hemorragias nasales y drenaje transparente de la nariz.

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