Cada país tiene su propia cultura del espacio público y privado, y en Dinamarca ha florecido una manera de ver el mundo que privilegia el bienestar dentro del hogar.La palabra danesa “hygge” se traduce como “comodidad”, que colinda con el concepto alemán “Gemütlichkeit” (también traducible como “comodidad” en español): Pero ambos términos esconden mucho más de lo que puede trasmitir la traducción. Por ejemplo, en el vecino idioma noruego existe prácticamente el mismo vocablo, pero las implicaciones que tiene son menores que el caso danés.Durante años Dinamarca ha ocupado los primeros sitios en las mediciones y encuestas sobre la felicidad de la población, una característica nacional que se relaciona con esta tradición de buscar esta pasividad (un concepto del cual los daneses tomaron más consciencia y popularizaron a lo largo del siglo XX).En el Norte de Europa, los inviernos son tradicionalmente más fríos que en el resto del continente (y que otras regiones, como en México), por lo que quedarse en casa ha sido una constante histórica durante los meses de invierno. Incluso el clima lleva a las personas a encerrarse en los meses colindantes al final del otoño y el comienzo de la primavera. Es en este contexto donde surge “hygge”: la búsqueda de un espacio y ambiente acogedor en el hogar, digno para permanecer largas temporadas en familia.Con temperaturas bajo cero en el exterior, lo mejor es convencerse de que en el interior de la casa estaremos mejor: Traducido a un ambiente de cuarentena por contingencia sanitaria, la idea de “hygge” nos sirve para hacernos a la idea de que en casa nos cuidamos mejor. O como canta la famosa canción de Caifanes: “Afuera tú no existes, solo adentro”.Logra la comodidadLa palabra teutona “Gemütlichkeit” también se utiliza en la región del Norte de Europa. Este sentimiento de comodidad incluso se utiliza en mercadotecnia para promocionar hoteles y estancias que resaltan la calma para los huéspedes. A la par de “hygge”, esta comodidad no necesariamente exige el lujo: al contrario, el secreto está en encontrar la ocasión para pasar un buen momento en casa sin importar el exterior.Pero, ¿cómo se hace? Tradicionalmente, la compañía, una buena comida y algo de beber son ingredientes comunes para llegar a dicho estado. Aunque la compañía es opcional, ya que para los países escandinavos la soledad también se disfruta. Para recibir esta calma en la vida hogareña hay varios requisitos previos: lo principal es el orden, pues un caos circundante solo entorpecen la relajación.Otro acto obligatorio para disfrutar es también cumplir con la rutina: Desde arreglar la casa hasta sacar todo el trabajo del día (esencial para los que trabajan desde casa en esta cuarentena). De allí que tanto la “Gemütlichkeit” como la “hygge” sean estados de ánimo que se alcanzan en el tiempo libre, ya sea diario o los fines de semana. Una recomendación más es la creación de un espacio para disfrutar, que no siempre tiene que ser explícito. Por ejemplo, trasladado a nuestra cultura, un lugar afín para evocar esta paz es la sobremesa.Sitios como la sala o poner una mesa o sillas en la cochera para platicar o esperar el atardecer resultan útiles para encontrar esta comodidad. Algo importante es que no solo se trata de “pasar el tiempo” (acto que regularmente haríamos): se trata de “pasar bien el tiempo”, con el adjetivo positivo resaltado. Tanto en danés como en alemán ambas palabras se usan para remarcar lo agradable de la situación: es decir, hay que ser expresivos.JL