Sábado, 23 de Noviembre 2024

La geometría de sus sueños

Una charla entre amigos, fue lo que Guillermo del Toro ofreció en su primera Master Class; abundó sobre su trayectoria y el éxito que lo ha llevado al Olimpo de los directores

Por: Kike Esparza

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Como todo un rockstar, el tapatío Guillermo del Toro fue recibido por el público a su llegada al Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG). Las actividades eran varias, inaugurar la sala de la Cineteca que lleva su nombre, reunirse con los medios para presentar la beca internacional Jenkins-Del Toro, avisar de la llegada de la exposición “En casa con monstruos”, pero particularmente, reunirse a conversar con el público y jóvenes universitarios, quienes tenían el deseo de preguntarle sobre su éxito y su visión del cine a través del primero de tres Master Class que hasta este momento tiene pactados.

La charla, que estuvo moderada por el crítico de cine Leonardo García Tsao, fue especial porque Del Toro llevó los dos Oscar que de manera particular él ganó en la pasada entrega de premios de La Academia, el de Mejor director y el de Mejor película por “La forma del agua”; hay que recordar que el filme ganó dos estatuillas más, a Mejor banda sonora y Mejor diseño de producción.

La conversación fue amena y divertida, varios le hicieron regalos, como una playera con la figura de su rostro, peluches y hasta un eufórico seguidor de su trabajo fílmico le advertía que ya tenía un lugar ganado en la Rotonda de los Jaliscienses Ilustres, pero claro, esperando que para llegar ahí todavía le queden muchos años más de vida.

Guillermo reconoció que continuamente se le pregunta que qué tiene de mexicano su cine, y él dice que todo, porque así como el meme, todo parte de que es un hombre mexicano, explica que parte de su identidad cultural siempre la plasma en sus largometrajes, por ejemplo, en “La forma del agua” para recrear la escena en blanco y negro de sus protagonistas tenía la vena bohemia a flor de piel, “como buen mexicano, para hablar de amor hay que cantar”.

Destacó que para la mayoría de los roles de su película ganadora, escribió los personajes pensando desde siempre en sus actores, así lo hizo con Sally Hawkins, Michael Shannon y Octavia Spencer, excepto con Richard Jenkins, sin embargo a él fue al primero que le propuso el personaje. Habló de los colores de la cinta, porque en un principio la idea se gestó para que fuera blanco y negro, pero luego consideró que sería un pastiche. “La relación con el fotógrafo es la más importante, es la relación más íntima, es como un maridaje”.
Su cinta tenía un presupuesto de poco más de 19 millones de dólares y él quería que se viera como de 70 millones. Dijo también que ganar el Oscar a sus 53 años fue en una edad ideal, pues de haber pasado cuando estuviera más joven se hubiera vuelto maniaco y “loquito”, porque en esta etapa de su vida, se permite vivir todo con mayor tranquilidad, para muestra “La forma del agua” con la cual se dio un respiro como creativo y en donde reconoce, por primera vez un monstruo se queda con la mujer amada, que además recalcó, es el personaje de Sally Hawkins la empoderada, la que lleva la batuta en la relación con el hombre anfibio.

El cine y la cultura

Del Toro reconoció que claro que le gustaría regresar a México a rodar, y que es un tema que siempre está sobre la mesa cuando se reúne con Alfonso Cuarón y Alejando González Iñárritu, “cada quien tiene una historia diferente que quiere hacer, a Alfonso le llevó descifrar equis tiempo lo que va a ser ‘Roma’, que será esplendida y esa es su historia, yo tengo la mía propia”. Sobre los proyectos que se hablaba como dirigir “Pinocho”, dijo que no hay nada pautado o desarrollado.

Pero sí recalcó que en un país la identidad cultural es de suma importancia. “Hay dos tipos de capitales, el temporal y el histórico, el primero es el que te beneficia a ti mientras vives, haces y deshaces, viajas y comes. El capital histórico es el que con urgencia cada vez quisiera yo pensar que tenemos que seguir acrecentando en México, especialmente a nivel gobierno donde se ha evaporado de manera casi absoluta. Si cambiamos una vida o cambiamos una historia, cambiamos una generación completamente. Para mí, una base importantísima de la identidad nacional es la cultura y se debería reconocer, pero si no existe eso lo vamos a tener que crear”.

De director a director

El cineasta tapatío dijo que este año sólo se dedicará a producir. “No hay nada ahorita, estoy tranquilo, voy a pasar este año sin dirigir, voy a estar produciendo, hacer estas entrevistas de varias semanas al hilo y preparando nuevos proyectos, unos grandes y otros chicos, a ver cuál resulta”. Las entrevistas serán grabadas y serán por el mismo camino con tres cineastas, por lo pronto: George Miller, Ridley Scott y Michael Mann.

“La idea nació de volver a verbalizar el contenido no argumental y literario, sino puramente audiovisual narrativo del cine como forma narrativa. Entonces, si tú ves entrevistar a un director a otro director, normalmente la discusión va más allá de la forma literaria y se avoca a lo que realmente genera emoción, a un nivel puramente cinematográfico que es la imagen y el sonido”.

 

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