Zacatecas tiene algo especial. Algo que es imposible de explicar con las palabras o plasmar en una hoja. Podría recorrer todo el lenguaje, y aun así sería imposible definir ese sentimiento que en el corazón provoca observar su tierra, su gente y su historia. Andar por sus pueblos mágicos es transitar entre eternidades. Y pasear por Guadalupe, su Pueblo Mágico, es sencillamente deslumbrante.Las tierras alrededor de Guadalupe suelen tener un color que oscila entre el dorado y el ocre, pero esta temporada de lluvias ha comenzado a ribetear en la punta de sus hierbas y la copa de sus árboles un tímido color verde. Si es posible, en tu viaje detente a suficiente distancia de esta pequeña ciudad para que la aprecies en su totalidad. La postal que ofrece es la de un pueblo tranquilo, donde las manecillas del tiempo parece que olvidaron su necesidad de avanzar.Guadalupe se encuentra muy cerca de la capital de ese Estado, tanto, que ya forma parte de su Zona Metropolitana. Pero el incesante crecimiento de esa urbe no ha logrado alterar el encanto y la tranquilidad de este Pueblo Mágico. Al contrario, ahora muchos visitantes que llegan a Zacatecas deciden incluir a este municipio como parte de su itinerario de aventuras.Las calles anchas, la cantera pulida por el Sol otoñal y los vientos que llegan desde el Norte reciben al viajero que escribe estas palabras. El primer punto que decido visitar es uno de los más buscados por los aventureros que deciden recorrer este encantador rincón de México: La Iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe, magnífica construcción levantada en 1707 y que captura de forma espléndida el arte virreinal.Fue levantada por los Franciscanos para convertirla en uno de sus colegios (el tercero que tendrían en nuestro continente). En su interior se encuentran varias capillas, un claustro y frescos virreinales que son un auténtico tesoro para la humanidad y ejemplo del nivel artístico que llegó a alcanzar en aquella época la llamada Nueva España.La huella Franciscana en Guadalupe se puede seguir incluso fuera de esta gigantesca iglesia, enclavada justo enfrente del Jardín Juárez, la principal plaza cívica de la ciudad, cuyas bancas y árboles ofrecen una amable sombra a los viajeros que como yo, olvidamos el sombrero. En el Centro, con múltiples capillas e iglesias de menor tamaño pero que también ofrecen interiores de enorme belleza, se encuentra un bello museo virreinal, que vale la pena visitar si cuentas con un par de horas libres.Serpenteantes, con abruptas subidas y bajadas. Así son las calles de Guadalupe, semejantes a la capital, y que piden a todo paseante una buena condición física. Sin embargo, para aquellos que se muevan en automóvil propio, una buena manera de conocer la ciudad de “proa a popa” es a través de la Vialidad Arroyo de Plata (que justo en la zona Centro está empedrada).Otro punto de Guadalupe que invita a recorrerse, en este caso a pie, es la Alameda López Mateos. Camina por su camellón central mientras disfrutas de las construcciones que hay en los alrededores: lo mismo viejas casonas señoriales que encantadores mercados, con todos los sabores.Para terminar el día, nada como disfrutar de la gastronomía de Zacatecas, que en general es deliciosa. Tenemos desde las tradicionales gorditas (maravillosas), hasta el “asado de boda”, platillo cuya paternidad se pelean varios Estados, pero que sin duda para la cena, no será necesario pedirle acta de nacimiento.Si viajas en automóvil propio, toma la salida a la autopista de Aguascalientes. En el camino verás la desviación que te lleva a Zacatecas capital. Al ser temporada de lluvias, maneja siempre con precaución.No olvides viajar bien hidratado, llevar ropa clara y paraguas en caso de que te atrape la lluvia.Saber másSi deseas prolongar tu estancia o explorar los alrededores de Guadalupe, puedes hospedarte en el Hotel Conquistadores (Av. H. Colegio Militar Ote. 47, Centro). Su teléfono 01 (492) 998-26-66.Cuenta con servicio de internet, estacionamiento y una encantadora terraza, además de que su ubicación te permitirá explorar toda la ciudad a placer.