“Si tienes una madre todavía, da gracias al Señor que te ama tanto, que no todo mortal contar podría dicha tan grande ni placer tan santo” Heinrich Neuman.Durante siglos, la iglesia católica ha dedicado el mes de mayo a la Virgen María. En el Siglo XVII incluía 30 ejercicios espirituales en honor a la Madre de Dios, intercesora nuestra. Fue durante el Siglo XIX que el mismo mes se combinara con el día de la Madre.El origen de esta celebración se remota a la Grecia antigua, en las fiestas de honor a Rhea, la madre de Júpiter, Neptuno y Plutón… En Egipto se rendía homenaje a la diosa Isis… en Roma a Cibeles, la diosa madre.En México, honrar a la maternidad es una antigua tradición que caracterizaba a las culturas que poblaron Mesoamérica antes de la conquista. También en México a mitad del siglo pasado, teníamos por costumbre del diario ofrecimiento de flores a la Virgen y el Ramillete Espiritual para las mamás, donde entre ellos, era el de ser mejores lo que restaba del mes... Con dedicación y sencillez preparábamos el regalito, una manualidad hecha por nosotras mismas.El Día de la Madre es una festividad que se celebra en todo el mundo en diferentes fechas del año, según el país.En la actualidad, el papel de la mujer en la vida moderna es fundamental, se integra con decisión en la formación y educación de sus hijos, busca nuevos horizontes económicos para el bienestar familiar, e influye fuertemente en acciones que beneficien a la sociedad, sin olvidar ese amor radiante, nato de su feminidad. Continuamos felicitando a las madres mexicanas, caudal inagotable de cariño, quienes con gran corazón han cubierto de ángeles la Tierra, sabiendo transformar el coraje en dulzura, el llanto en risa y el dolor en amor.
