“La primavera viste los campos de colores y la poesía los viste de amores... podremos cambiar las hojas pero nunca las raíces”.** Desde siempre, la primavera se asocia a la juventud, frescura y florecimiento de la vida.ANA SOFÍA, hija de ENRIQUE EDUARDO MACEDO OROZCO Y ANA KATYA DOMÍNGUEZ DE MACEDO, dio la bienvenida a la primavera para festejar sus XV años con una misa de acción de gracias que tuvo lugar el viernes pasado a las 20:00 horas, en la capilla de las Mercedarias Misioneras de Bérriz del Colegio de la Vera-Cruz.Posteriormente en el Salón Fiesta Guadalajara tuvo lugar original recepción que se antoja fue traída directamente de París… las mesas con mantelería rayada en blanco y negro, estaban enmarcadas con la Pirámide de Cristal del Louvre, la Torre Eiffel, los cafecitos de Montmatre con mesitas redondas y conjuntos de periqueras, la Iglesia de Notre Dame y al fondo el majestuoso Arco del Triunfo. Profusión de rosas en tonos de rosa completaban el escenario dando el toque de una primavera palpitante.Exquisita cena, buenos vinos, mucha alegría y numerosos brindis por ANA SOFÍA sinónimo de vida, frescura y felicidad.En la gran pista iluminada con brillos dorados, la radiante quinceañera abrió el baile con su papá ENRIQUE EDUARDO, siguió con sus tíos, y durante el baile con el chambelán, todas sus amigas se unieron en la pista con gran algarabía.Fue una linda fiesta plena del cariño de los papás y la entusiasta abuelita MARCE OROZCO DE MACEDO para esta querida quinceañera, quién como todas las jovencitas son la esperanza del mundo: “Después del frío invierno llega la primavera como madre amorosa para poner su nota de calor, belleza y colores en los campos helados de la tierra”Las fotos que engalanan esta columna, se aplican con exactitud al pensamiento de Khalil Gibrán: “En el corazón de todos los inviernos vive una primavera palpitante”.