La historia de México está sembrada de pasajes donde la realidad y la leyenda transitan por una línea tan delgada, que por momentos se tocan. Basta con que miremos los libros de historia para observar cómo la fundación de ciudades, la aparición de dinastías legendarias y el final de personajes claves muchas veces se ven envueltos en datos que combinan elementos auténticos con otros que rozan lo místico. ¿Un ejemplo? El lugar donde se encuentra la tumba de Cuauhtémoc, el último tlatoani mexica. Para algunos, es imposible dar con sus restos, otros defenderán a capa y espada que se encuentran en Ixcateopan, Guerrero.La veracidad de estos datos ha causado una larga polémica entre los historiadores durante décadas, aunque es innegable el fervor y el impacto cultural que han causado su descubrimiento.Los que piensan que es verdad, han convertido esta localidad guerrerense en un centro de peregrinaje desde 1949, cuando se afirmó que aquí se encontraban los restos del emperador Cuauhtémoc. El lugar específico del hallazgo fue en el interior de la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, declarado monumento nacional y magnífico ejemplo del sincretismo que permea en buena parte de nuestra historia.Durante la mayor parte del año, Ixcateopan es un pueblo tranquilo, con calles empedradas y las fachadas de sus edificios principales construidas con cantera. Algunos visitantes ocasionales llegan de Taxco para atestiguar el mausoleo en honor al emperador mexica, pero por lo demás, es un rincón de nuestro país mayormente dominado por la quietud y la vida campirana. Pero esta pasividad cambia al llegar febrero.Y es que es en ese momento cuando esta pequeña ciudad se viste de colores, con el olor a copal flotando suavemente en el ambiente y la tumba del emperador bellamente adornada con motivos florales. La fiesta suele durar una semana: el día 23 se celebra el cumpleaños del tlatoani mexica, mientras que el 28 se conmemora su muerte.El día de su nacimiento, Ixcateopan se llena con grupos de danza tradicional de diversos puntos de nuestro país -e incluso de Estados Unidos-, quienes colorean sus calles e inundan su ambiente con sonidos que evocan a la época prehispánica. Tambores, flautas y conchas marcan el ritmo de forma ininterrumpida durante horas, con danzantes que lucen con orgullo penachos, escudos y cuerpos pintados. El día de su muerte, la fiesta concluye y el silencio vuelve a imponerse.¿Es real o no que los restos de Cuauhtémoc se encuentran aquí? El debate seguirá vivo durante mucho tiempo. Para los guerrerenses, la verdad ya está bordada con oro en sus corazones.La mejor forma de conocer Ixcateopan es desde Taxco, tomando la carretera que une a ambas localidades. Son 36 kilómetros de distancia, aunque toma en cuenta si llevas un automóvil propio que el camino tiene muchas curvas, subidas, bajadas e incluso tramos de terracería. Desde Taxco también hay conexión vía autobús, si prefieres la aventura y no preocuparte por el camino.Saber másSin duda, la gastronomía de Guerrero es una de las más ricas y diversas de nuestro país. Si te encuentras en Ixcateopan, no dejes pasar la oportunidad de disfrutar de una comida en alguna de las fonditas que ofrece el primer cuadro de la ciudad. En cuanto a la bebida, la recomendación es darle una oportunidad al chilate, cuyas raíces prehispánicas se han conservado hasta nuestros días.