Sábado, 30 de Noviembre 2024

Dos momentos, un destino

En un rincón de Ramos Arizpe, Coahuila, las noches y los días te brindarán experiencias tan opuestas como fascinantes

Por: Ana Rodríguez

Hotel. Este sitio de descanso cuenta con 45 habitaciones repartidas en cuatro módulos habitacionales. EL INFORMADOR / A. Rodríguez

Hotel. Este sitio de descanso cuenta con 45 habitaciones repartidas en cuatro módulos habitacionales. EL INFORMADOR / A. Rodríguez

Termas. Este es un espacio dedicado a la relajación y a recibir los beneficios del agua sulfurosa. EL INFORMADOR / A. Rodríguez

Termas. Este es un espacio dedicado a la relajación y a recibir los beneficios del agua sulfurosa. EL INFORMADOR / A. Rodríguez

Relajación. Aguas termales en Coahuila, un oasis al Norte de México. EL INFORMADOR / A. Rodríguez

Relajación. Aguas termales en Coahuila, un oasis al Norte de México. EL INFORMADOR / A. Rodríguez

Detalles. Las regaderas de las termas son de estilo romano. EL INFORMADOR / A. Rodríguez

Detalles. Las regaderas de las termas son de estilo romano. EL INFORMADOR / A. Rodríguez

Buscando estrellas. En el observatorio es posible ubicar las constelaciones, localizar meteoros y satélites artificiales. CORTESÍA / Hotel Termas de San Joaquín

Buscando estrellas. En el observatorio es posible ubicar las constelaciones, localizar meteoros y satélites artificiales. CORTESÍA / Hotel Termas de San Joaquín

Lejos de cualquier rastro de urbanismo, en medio de la sierra y donde el cielo recupera su manto infinito, un camino de piedra te lleva hasta lo que se convertirá en una experiencia inolvidable de acercamiento con el Cosmos. 

En el municipio de Ramos Arizpe, Coahuila, se ubica el Hotel Termas de San Joaquín, un rincón donde desde el 2011 se celebran, dentro de su observatorio, veladas astronómicas diseñadas especialmente para la contemplación del firmamento, las cuales, si el clima lo permite, se pueden extender hasta muy entrada la madrugada.

En este sitio de cielo privilegiado, las noches nunca son iguales; por ellas un día sí y otro no danzan estrellas fugaces, hay lluvias de meteoros, se puede disfrutar de la Luna y sus cráteres, las fases de Venus, Júpiter y los anillos de Saturno; y si corres con suerte, es posible que logres observar el resplandor de la luz zodiacal o la Vía Láctea.

Equipado con un rayo láser especial, un astrónomo es el encargado de llevar a los huéspedes por un recorrido celeste donde identificarán por su nombre a las estrellas, conocerán la mitología de las constelaciones y  observarán cuerpos celestes.

Sin duda estas veladas son ventanas para darnos cuenta de lo pequeños que somos como seres humanos y lo infinito que es el universo… Y es que cuando miras al cielo, recostado sobre los escalones del observatorio, mientras el astrólogo comparte su conocimiento, es imposible no querer abrir la puerta para disfrutar de la naturaleza y sus perlas convertidas en luceros.

Por la mañana…

Al amanecer, la escena en este destino es diferente, pero no por ello menos sorprendente; y es que el hotel está ubicado en el punto donde la falla de San Marcos ofrece el venero más generoso de agua termal sulfurosa que existe en el Norte de México.

Así es, este resort posee unos manantiales que se ubican en una construcción subterránea con bóvedas tipo romano donde la iluminación artificial no existe y sólo a través de pequeñas ventanillas es posible tener contacto con el exterior, que para ser honestos, estando en este lugar, nadie lo necesita.

En este espacio el visitante podrá sumergirse en las aguas termales para vivir una experiencia relajante y placentera, al tiempo que se beneficia de las propiedades terapéuticas y cosméticas que brindan las termas.

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