¿Has tenido problemas con tu peso y no logras solucionarlo? Quizá te hace falta dialogar con él. Esta es la propuesta de Adriana Esteva en su libro “Comiéndome mis emociones” (publicado con el sello Diana de la editorial Planeta), en el cual invita a las personas a profundizar más allá en el número que indica la talla a través de tomar conciencia sobre uno mismo, la vida y el cuerpo.En entrevista con este medio, Esteva cuenta: “Me permití ser alumna también en este libro, que las historias surgieran y nos hablaran. También surge porque me duele ver en lo que nos hemos convertido como sociedad en el tema del peso, me duele ver a niñas pequeñas cuidando su peso, ver a mujeres con una capacidad increíble y verse reducidas por el peso, creen que no son valiosas por su peso”.Igualmente, la manera en que actualmente se manejan los problemas de sobrepeso y obesidad, “tan dictatorial sobre adelgazar, que te dicen ‘si no adelgazas no vales’”, motivaron la creación del libro. “Me duele ver cómo se sigue manejando el tema. Yo lo viví, y también es el mundo que no quiero dejarle a mis hijas, y si puedo colaborar con un granito de arena y sembrar en la gente la semillita de la duda, ¿y si tu sobrepeso no es una parte negativa sino una parte que te está hablando? ¿Y qué tal si no nos detenemos por el peso? Para mí ésta es misión de vida, la encontré en mi propia historia, y me nutro de la historia de los demás”.Durante la narración de “Comiéndome mis emociones”, Esteva no duda en partir desde su propia experiencia, por lo que se abre plenamente al lector y logra conectarse con él de manera amistosa y profunda.“Esto de desnudarme en los libros comenzó desde mi primer libro, creo que no le vi otra opción porque yo no soy psicóloga, ni nutrióloga, entonces, lo valioso que yo tengo es mi experiencia, desde donde yo puedo acompañar y transmitir a la gente es desde lo que yo soy. Es un caminito que me aprendí a poner también en mis talleres, porque he encontrado que a partir de cuando uno pone el alma y se abre, logra mucho más contacto con el otro, se habla a otro nivel”.Así, la autora lleva de la mano al lector por un camino de vivencias, propias y ajenas, con las que más de un lector se podrá sentir identificado. Esteva pretende “abrir un poco los ojos y poner las dos opciones en claro: o seguimos la vieja guardia de restricciones e incluso cirugías para ser aceptada o abrirse a otra posibilidad”.Esta otra posibilidad se trata de crear un diálogo con el propio peso, “escucha a tu sobrepeso, no culparlo o hacerlo el motivo por el cual no se tiene pareja, no te mueves, no tienes el trabajo deseado...Voltéalo y piensa ‘mi sobrepeso me ha ayudado a no ser exitosa’, y quizá te sorprendas y no lo creas, pero tu peso no es ni bueno ni malo; te está mostrando algo. Dale la categoría de aceptación, sin resignación”.