Una mujer se volvió viral en redes sociales y desató la “guerra” entre internautas por una captura de pantalla que circuló, donde se lee cómo rechaza asistir a una importante boda a causa de que en la invitación figura la leyenda “SIN NIÑOS”.La mujer aclara a su amiga que “así no voy a poder asistir”, pues, explica, “la invitación dise (sic.) NO NIÑOS y donde mis hijos no son bienvenidos pues yo tampoco”. A pesar del cortante rechazo, finaliza su mensaje con un cordial: “Te deseo lo mejor y felicidades por tu boda”.La difusión de esta captura de pantalla avivó un conflicto que cada cierto tiempo se intensifica en redes sociales: el de llevar a los hijos a fiestas de adultos o, mejor, abstenerse de ello en favor de evitar problemas.Los primeros aseguran que es correcto asistir con ellos para demostrar la cercanía y el cariño con los mismos; los segundos, por otro lado, argumentan que pueden ocasionar conflictos.La respuesta a esta pregunta es subjetiva, pues depende de las costumbres de cada familia, así como la organización de cada fiesta. Algunas personas organizan sus eventos de forma que los menores sean bienvenidos, mientras que, otras, prefieren que nada interfiera con el disfrute entre adultos.Así lo explica el columnista Martin Piñol para el diario El País, quien señala que existen puntos a favor y en contra sobre la idea de llevar niños a las fiestas de adultos.Entre los puntos a favor se encuentra el argumento de que “tus hijos forman parte de tu esencia y son lo que más quieres”, además de que estos “forman parte de la sociedad, ¿por qué se les debe prohibir de una participación alegre de quien se supone que quiere a sus padres?”.También, puntualiza que “dejar a los niños con alguien es una logística complicada, cara e imprevisible”.Por otro lado, justifica que los anfitriones de algunas fiestas decidan no llevar niños a causa de que aquellos tienen todo el derecho de decidir “las características de su fiesta y a quién invita”, y que “está brindando [a los invitados] una ocasión para ser libre de sus ataduras maternales o paternales y recuperar su esencia personal”.“Coherencia. Igual que no llevas a tus niños al trabajo, a una resonancia magnética o a dar el pésame a un tanatorio, ¿tanto te cuesta no traerlos a una fiesta que sólo durará medio día?”, concluye el autor.CR