¿Te gustaría que en México la ley del trabajo redujera la semana laboral a cuatro días?Aunque esta idea es relativamente nueva, en el mundo existen países que ya comenzaron a implementarlo y los resultados fueron crecimiento de productividad, reducción de agotamiento de los trabajadores y menor consumo de herramientas de trabajo.Por un lado, tenemos el caso de Japón, el cual comenzó con este modelo desde la perspectiva de un mero experimento. Esto luego de que el gigante tecnológico de Microsoft decidió en 2019 presentarles a sus empleados la oportunidad de trabajar de lunes a jueves durante un mes, y sin reducir su sueldo.En los resultados de este experimento, de acuerdo con el World Economic Forum, el 92% de los empleados de la empresa aceptó asumir el reto, y las consecuencias fueron mucho mejor de lo que se había previsto: se incrementó el porcentaje de las ventas en un 40%, se redujo el consumo de electricidad en un 23% así como el de la impresión en papel en un 59%.Por su parte, Perpetual Guardian en Nueva Zelanda también lo intentó y los resultados también fueron mejor de los esperados. La empresa de planificación familiar les presentó a sus trabajadores la opción de una semana laboral más corta a sus 240 empleados. Al darse cuenta de que las metas laborales se cumplían en menos tiempo, la empresa tomó la tajante decisión de convertir esta jornada en una política interna.En Europa, España no se queda atrás. 181 empleados de la firma Software Delsol iniciaron el 2020 con una jornada laboral de cuatro días. Para poder llevarla a cabo sin descuidar a sus clientes, la empresa contrató a 25 personas más y laboraron en bloques de cuatro días rotativos, con una jornada diaria de 32 horas.En el caso de Estados Unidos no fue la excepción, y los resultados fueron similares. La firma especializada en ciberseguridad, Signifyd, puso en marcha un programa piloto en 2021 para que el talento laborara tan sólo cuatro días a la semana. El resultado: 75% de aumento en ventas y reducción de agotamiento laboral.Emily Mikailli, senior VP of People Operations de Signifyd, señaló para poder probar este nuevo esquema de trabajo se tuvo que poner a prueba por casi 10 meses, para de esta manera recibir retroalimentación, ver los resultados y lanzar este esquema laboral en el resto de los países donde se encuentra la firma, entre ellos, México.El senador de Morena Ricardo Velázquez propuso ante el senado incrementar a 15 los días de vacaciones anuales, así como reducir a 6 horas las jornadas laborales con el objetivo de mejorar la calidad de vida del trabajador mexicano, así como su rendimiento.Esta iniciativa fue propuesta argumentando que países en los que se han implementado estos esquemas laborales como Suecia, obtuvieron resultados que superaron las expectativas del aumento en la productividad.En este caso, se retoma la mejora de las condiciones laborales de los trabajadores mexicanos en las que se cree que en México también podría implementarse las semanas laborales de lunes a jueves, como en el caso de los esquemas establecidos por empresas en España, Estados Unidos y Japón.De acuerdo con este modelo, la semana corta comienza a resonar en otras compañías que operan en México. Tal es el caso de empresa de telecomunicaciones Telefónica, por ejemplo, la cual ofrecerá a sus empleados la posibilidad de laborar cuatro días a la semana, a cambio de un recorte salarial del 12%.Y aunque esta es una jornada tentadora para los trabajadores y una alternativa que también se suma a los esquemas flexibles de trabajo (las cuales cobraron más importancia tras la pandemia) aún se percibe lejana desde los términos legales.Y es que de acuerdo con Ley Federal del Trabajo establece que la semana laboral actual es de ocho horas diarias, seis días semanales, o bien 48 horas por semana. Además, cada mexicano labora 2 mil 255 horas anuales, lo cual se traduce como la cifra más alta dentro de las naciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).Por su parte, Jon Messenger, líder del Grupo de Condiciones de Trabajo de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), observó que para poder llevar a cabo esta jornada laboral en el país primero debe haber un cambio regulatorio y las empresas tendrían que comenzar haciendo pruebas piloto.“Las empresas deben estar dispuestas a aceptar una reducción de horas de trabajo, sin modificar el salario. No es aconsejable que las jornadas diarias sean de 12 horas, debido a los mayores riesgos para la salud de los trabajadores y a la seguridad en el lugar de trabajo. Un horario laboral más corto puede alentar a los empleados a utilizar su energía de manera más eficiente”, advirtió.No obstante, a pesar de esto y de que las tecnologías de movilidad han potencializado políticas de trabajo mucho más flexibles, el 44% de los empleados en México creen que su jefe nunca estará dispuesto a implementar estas semanas cortas. Estos resultados son de acuerdo con el estudio The Future of the Working Week, realizado por la multinacional Citrix en nueve países, incluido México.Por su parte, el 51 por ciento cree que esta jornada reducida no sucederá a corto plazo, mientras que el 74 por ciento cree más factible que una semana laboral sea de seis días que a una de cuatro.Desde la perspectiva de Saskia de Winter, socia fundadora y directora general de Saskia de Winter Training, esto se da a raíz del arraigo cultural que se tiene en las organizaciones en el país.“Hay una resistencia en las organizaciones porque no todas están listas para eso. Ni en sus procesos, ni en su comunicación interna, y esto incluye tanto a empleadores como a empleados. Si bien hay mayor apertura a la flexibilidad, todavía no les queda claro cómo ser más eficientes. Las empresas de otros países que han conseguido recortar su semana laboral es porque ya están en otro nivel de maduración. Ahí está la diferencia”, compartió.De acuerdo con la presidenta para Latinoamérica de la firma de capital humano Manpower, Mónica Flores, afirma que ni las semanas laborales de cuatro días, ni el resto de esquemas laborales son para todos debido a que los intereses de los individuos están establecidos por un acoplamiento de circunstancias, actitudes y aspiraciones.