Los candidatos a la Presidencia siguen fórmulas políticas que no son aplicables para el electorado mexicano y se han enfocado más en su imagen que en las propuestas, por lo que deben trabajar en mejorar al respecto, dijo este viernes un especialista de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).José Arturo Salcedo, responsable del área de investigación del Departamento de Estudios de Imagen Institucional de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán de la UNAM, explicó que la actual campaña electoral se ha caracterizado por contar con candidatos "hechos en serie que carecen de propuestas".El especialista aseguró que los candidatos no han logrado entender que su propuesta debe estar basada en un análisis del electorado "y no tratar de venderse como un producto".Aseveró que algunos candidatos han adoptado por estrategias de imagen ajenas al contexto nacional.El experto detalló que, por ejemplo, el uso de la camisa arremangada o los discursos demasiado elaborados, así como querer proyectar una empatía con el electorado "son fórmulas que utilizaron personajes como Justin Trudeau o Barack Obama, que se ven poco creíbles y no funcionan con el electorado mexicano".En un análisis de imagen, el especialista dijo que el izquierdista Andrés Manuel López Obrador, quien encabeza las encuestas, ha logrado trabajar su imagen pública desde 2006, cuando por primera vez se postuló a la Presidencia de México.Salcedo indicó que el representante del partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena) hoy proyecta "autenticidad, serenidad y madurez".No responde de una manera agresiva, sino que adopta una actitud "zen, controla sus emociones", dijo.Explicó que López Obrador no sigue fórmulas para presentarse con el electorado, sino que "es natural y tiene una personalidad acorde a cada ocasión".Sin embargo, el académico defendió que debe mejorar en cuanto a la profesionalización de la imagen; aunque crea que "eso debe dejárselo a los de la élite", es necesario trabajar en el campo de la comunicación "para tener un impacto mayor".En cuanto a Ricardo Anaya, candidato presidencial del Partido Acción Nacional (PAN), el especialista dijo que es un personaje "sobreactuado", que aunque tiene una dicción y voz muy buena "su lenguaje corporal refleja inseguridad".Explicó que aunque quiere hacer cosas cotidianas como llevar a su hijo a la escuela o tocar la guitarra "se ve poco natural, pues piensa que eso es lo que hace la gente común, pero no conoce bien los gustos del electorado".Salcedo detalló que en cuanto a lo físico, lo que menos le favorece es el corte de cabello, "porque proyecta fundamentalismo e inmadurez".En cuanto a José Antonio Meade, candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI), proyecta una imagen "pasiva, queriendo ser empático".Sin embargo, el investigador explicó que esa pasividad le lleva a ser percibido como "poco hábil, poco práctico y eso no convence".Aunque parece conocer un poco más al electorado -al mostrar en sus redes sociales acciones como ser persignado por sus padres o darle importancia a su familia, en especial a su esposa-, "no se ve cómodo en su papel de candidato".Aseguró que le hace falta seguridad en su forma de hablar y en su imagen corporal, además de que estar ligado al PRI no le favorece "pues parece que en el partido hacen candidatos en serie, le dicen qué lenguaje usar, no se basan en su personalidad y eso demuestra una imagen forzada".En cuanto a Margarita Zavala, candidata independiente, aseguró que ella en la cotidianeidad es muy natural, "pero cuando aparece en televisión se ve sobreactuada, poco cómoda, porque sigue instrucciones de asesores".Sus principales errores es que es el manejo de la imagen pública "sobre todo al subrayar lo que dice con los movimientos de las manos".A Zavala, consideró Salcedo, le hace falta naturalidad, separarse de la imagen de su esposo, el ex presidente Felipe Calderón, y dejar de defenderlo, además de "hacer a un lado sus principios": "Debe entender que si gana va a gobernar a todo el país, no sólo a los católicos".Finalmente, de Jaime Rodríguez Calderón, también independiente, el especialista apuntó que su imagen física es coherente a su personalidad "tosca, ruda, norteña y machista".Asimismo, añadió, su gestión como gobernador del estado de Nuevo León ha hecho que su reputación esté manchada.Explicó que su vestimenta es sencilla, con pantalón de mezclilla, camisa y botas, y proyecta sus deseos de querer ser humilde y de cercanía con el pueblo.Su principal debilidad radica en su discurso, porque aunque es pausado y adecuado a la audiencia que se dirige "no es mesurado y ha tenido declaraciones alarmantes como que a las niñas gordas nadie las quiere y esto puede herir susceptibilidades", concluyó. OF