Luego de dos años sin acudir a ver la Pasión de Cristo en Iztapalapa por la pandemia del COVID, este Viernes Santo cientos de personas se reunieron en La Macroplaza para presenciar el evento religioso. En el lugar hay puestos por todos lados, comida, sombreros, periscopios, por lo que los accesos son difícil para el tránsito. Para el señor José Luis hay mala organización, se alcanza a ver y escuchar poco la escenificación, sin embargo, el que se haya permitido el arribo de las personas “es muy bueno”.Y es que con el paso de la tarde, los accesos son más difíciles, se puede caminar poco, la gente está amontonada y se desesperan.Algunos se avientan para poder pasar otra calle en donde puedan ver mejor el recorrido.Cordones amarillos delimitan al público de la zona por donde pasará Cristo, pero poco importa, se saltan, buscan verlo lo más cerca posible.Así ocurren las primeras horas en esta edición 179 de la representación de la Pasión de Cristo.GC