La desaparición de Sandra Estéfana Domínguez Martínez, activista y abogada, junto a su esposo Alexander Hernández, ha suscitado una gran preocupación y críticas hacia el gobierno de Oaxaca. Ambos fueron vistos por última vez el 4 de octubre en la comunidad de María Lombardo, en la sierra Mixe de Oaxaca.Sandra, conocida por su denuncia de violencia de género y feminicidios, había sido una de las voces más destacadas en los casos relacionados con los polémicos chats Sierra XXX y Mega Peda, donde funcionarios públicos estaban involucrados en la cosificación de mujeres. Además, fue fundamental en la denuncia del feminicidio de Fanny López Nolasco, un caso que se intentó presentar como suicidio.A pesar de haber recibido amenazas y de haber presentado múltiples denuncias ante la fiscalía estatal, las medidas de protección solicitadas en cinco ocasiones no fueron suficientes para prevenir su desaparición. Defensores de derechos humanos, como Yesica Sánchez del Consorcio para el Diálogo Parlamentario, han señalado a las autoridades por revictimizar a Sandra y por no actuar de acuerdo a los protocolos establecidos en casos de desaparición. En particular, se ha criticado al secretario de Gobierno, Jesús Romero, y al coordinador de Delegados de Paz, Donato Vargas, quien también fue acusado de amenazar a Sandra.La familia de Sandra, representada por su madre y sus hermanas Kenia y Aracely, ha denunciado su desaparición ante la Fiscalía General del Estado de Oaxaca y la Comisión Estatal de Búsqueda. También han enviado cartas a la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, y al gobernador de Oaxaca, Salomón Jara, solicitando ayuda directa en la búsqueda."Apelo a su humanidad y liderazgo para que se tomen medidas inmediatas que fortalezcan la búsqueda de Sandra Estefana Domínguez Martínez. Su participación podría marcar una diferencia significativa y devolvernos la esperanza", escribió Kenia Domínguez Martínez en la misiva dirigida a Jara.El 11 de octubre, ONGs y familiares de Sandra llevaron a cabo una marcha en Oaxaca, exigiendo a las autoridades su aparición. Con su desaparición, ya son tres los activistas desaparecidos en la región, lo que intensifica la alarma sobre la seguridad de quienes defienden los derechos humanos. EE