Niños, niñas y jóvenes potosinos con diagnóstico de discapacidad intelectual, forman parte del programa HADI, o lo que es lo mismo "Haciendo la Diferencia", un grupo donde entre otras actividades que se llevan a cabo, pequeños y grandes se reúnen para realizar piñatas navideñas, tradicionales para las posadas, con este pequeño emprendimiento se busca alcanzar su independencia económica en un futuro. Con mucha paciencia y empeño, cerca de 20 menores de edad se han puesto a la tarea de crear estas piñatas festivas para navidad, pero también han diversificado su catálogo para ofrecer piñatas coloridas todo el año. En HADI, además de recibir atención psicológica y funcionar como un espacio seguro en donde conviven con más personas con discapacidad intelectual, se llevan a cabo talleres de bisutería, repostería e incluso aprenden sobre técnicas sociales para convivir con personas sin discapacidad en espacios públicos.Con la crisis emocional, de salud y económica que trajo la pandemia por Covid-19, dos mujeres potosinas, madres de jóvenes con discapacidad intelectual decidieron crear un proyecto llamado Haciendo la Diferencia con el propósito de ayudar a niños, niñas y jóvenes con discapacidad en San Luis Potosí a ser independientes aún cuando las madres y padres cuidadores falten.El proyecto que también busca visibilizar la discapacidad intelectual, surgió hace dos años cuando Marisol Escobar y Marialuisa Huerta se sentaron a platicar sobre el temor que les generaba el no saber qué futuro les esperaba a sus hijos una vez que ellas faltaran, por lo que decidieron comenzar a cambiar la realidad de sus hijos y posteriormente de otras familias para lograr que las personas con discapacidad intelectual que habitan en la entidad potosina puedan tener una vida normal y no depender de sus padres o cuidadores."Queremos un futuro para ellos, no queremos que sigan en casa encerrados sin saber nada más que lo que existe dentro de su casa, queremos que sean independientes, lo más que puedan.Se les enseña lo básico, un trabajo y cómo desplazarse ante la sociedad que no reconoce la discapacidad intelectual porque no se ve", precisó Marisol Escobar."Queríamos tener un lugar en donde los niños y jóvenes con discapacidad puedan sentirse a gusto y libres", comentó por su parte María Luisa Huerta.Aunque impartir las clases en los menores y jóvenes con discapacidad intelectual pudiera ser complicado por la paciencia que algunos de las elaboraciones dentro de los talleres requieren, en HADI se preocupan por el bienestar del menor o adulto joven, por lo que se trabaja a través de las habilidades y competencias que la persona vaya demostrando, así como que se minimiza la discapacidad con la que cuenten para poder incluirlos a todos.Para Fátima Barbosa y Héctor Ortíz, psicóloga y profesor dentro del proyecto respectivamente, más que dificultades, en las sesiones con los alumnos lo que notan es entusiasmo y ganas de salir adelante por parte de ellos y de sus familias que los apoyan; sin embargo, destacaron que sí hay barreras externas que van relegando a las personas con discapacidad en general, pero sobre todo a quienes cuentan con una discapacidad intelectual.Héctor Ortíz indicó que para poder vencer las barreras sociales se trabaja con la familia para reconocer la capacidad del niño, niña o joven, así como la parte emocional tanto con cuidadoras, padres y hermanos como con los alumnos, para posteriormente fomentar la sociabilización y el desarrollo de las habilidades para realizar algún emprendimiento que les dé solvencia económica en un futuro.Recomendó a las personas que tienen un familiar con discapacidad intelectual a no encerrarlos en sus casas, a fomentar en las escuelas que puedan recibir la misma educación que las personas de su edad y no relegarlos, acudir a grupos de apoyo o buscar espacios de convivencia y desarrollo como en HADI."No hay que subestimarlos, hay muchas habilidades y destrezas que logran cuando se les da la oportunidad ayúdenlos a crecer", agregó.Finalmente, las mamás e integrantes del proyecto HADI hicieron un llamado a las y los potosinos a poder adquirir los productos creados con amor y dedicación de las personas con discapacidad intelectual que buscan poder salir adelante sin depender de sus familias, sobre todo durante las próximas fiestas de navidad y año nuevo.Los menores y adultos jóvenes con discapacidad participan en los mercaditos inclusivos que realiza la sociedad civil y el Ayuntamiento de San Luis Potosí, pero también venden de manera independiente los productos, para mayor información pueden visitar sus redes sociales. BB