El Presidente Andrés Manuel López Obrador, y su esposa Beatriz Gutiérrez Müller, renombraron como "Quincena Trágica" a los hechos ocurridos en febrero de 1913 para derrocar a Francisco I. Madero."Hemos estado conmemorando los 107 años de la #QuincenaTrágica todos estos días, como se habrán dado cuenta", señaló la titular de la Coordinación Nacional de Memoria Histórica.Gutiérrez Müller es escritora, historiadora y periodista, sin embargo, fue criticada por nombrar "Quincena Trágica", al hecho histórico conocido como "Decena Trágica", ocurrido del 9 al 19 de febrero de 1913 para derrocar a Madero."Mucho bien nos haremos como sociedad al recordar los postulados del maderismo: "sufragio efectivo, no reelección", señaló a través de redes sociales.La esposa del Presidente agregó que la conmemoración "ha sido con el fin de convidarlos a apreciar cuánto debemos a quienes nos precedieron y cómo precavernos para que, de estos hechos, lo negativo sea irrepetible, y lo positivo, como fue avanzar en materia de derechos civiles, se afiance. ¡Gracias, Apóstol de la democracia, Francisco I. Madero! #23febrero #noseolvida".Algunas de las críticas que ha recibido por la "Quincena Trágica" son por renombrar al hecho, lo que consideran un error, hasta quienes toman a mofa el nuevo nombre, pues aseguran que quincenas trágicas son las que reciben los mexicanos como salario.Sin embargo, Beatriz Gutiérrez no es la primera en llamar así al hecho de 1913, el domingo, su esposo, el Presidente, lo llamó así también.Durante el memorial para honrar a Francisco I. Madero y José María Pino Suárez, AMLO dijo que se le debe llamar "Quincena Trágica" porque "abro un paréntesis para adherirme a los estudiosos que no aceptan, con argumentos y por rigor histórico, llamar a los 15 días de asonada y traición ‘Decena Trágica’. No fueron 10 días, fueron 15".El Presidente no explicó cuáles son los hechos y fechas que abarcarían los cinco días extra.La Decena Trágica es, oficialmente, el periodo de 10 días en el que un grupo de inconformes se levantaron en armas contra el gobierno del presidente Francisco I. Madero.Hasta ese momento, la Ciudad de México, que había permanecido lejos del campo de batalla post revolucionario, conoció la muerte de civiles en sus calles, donde se escuchaban los gritos de los heridos, el retumbar de cañones y la lluvia de balas, según información de la misma Secretaría de la Defensa Nacional.Madero había perdido el enorme apoyo que alguna vez tuvo, ya que cuando llegó a la Presidencia, había muchas expectativas de revolucionarios, de campesinos y de obreros, respecto a las medidas que tomaría su gobierno, las cuales no cumplieron. Su posición moderada y conciliadora con los porfiristas, desalentó a quienes esperaban que la Revolución Mexicana trajera transformaciones radicales.También se opusieron al gobierno los senadores, los terratenientes y los intereses extranjeros. Además, el maderismo no satisfacía los intereses económicos de los Estados Unidos y William Taft, su presidente, a través de su embajador Henry Lane Wilson, mantuvo estrecha relación de apoyo con Victoriano Huerta, general cuya traición se consumó en este golpe de Estado que lo ascendió al poder y que culminó con la muerte del presidente Francisco I. Madero y del vicepresidente José María Pino Suárez, quienes fueron asesinados cuando eran trasladados a la penitenciaría de Lecumberri –ahora Archivo General de la Nación- pero nunca llegaron, pues fueron bajados del transporte en la parte trasera de El Palacio Negro y asesinados con disparos por la espalda.Héctor de Mauleón, en su artículo "La noche de los asesinos", abordó este tema y escribió que a Francisco Cárdenas se le ordenó matar al presidente Madero y que "no se trataba de un fusilamiento en forma, sino de simular un ataque a la escolta y que en la refriega mueran el señor Madero, el vicepresidente Pino Suárez y el general (Felipe) Ángeles".GC