José Manuel Vázquez, dueño de un local de carnitas en Villa Hermosa, Tabasco, regala comida a vendedores ambulantes del centro histórico por la baja venta que ha provocado la contingencia sanitaria impuesta por el COVID-19. En días pasados se hizo viral una fotografía con el letrero que colocó en su local que decía: "vendedor ambulante, bolero, franelero, si no tienes para comprar comida te invitamos de 1 a 3 de la tarde, ¡Que pases! ¡Comida aquí gratis!".En entrevista, el señor José Manuel Vázquez comentó que decidió regalar comida a los vendedores ambulantes para ayudarlos ante la contingencia por el coronavirus: "Esto lo implementamos desde hace cinco días, porque los boleros, franeleros o la gente que vende dulces en la calle son mis amigos. Ahora, por la contingencia se les viene el mundo encima, no hay venta, así que decimos ayudar a estas personas con algo de comida", apuntó.Don José dice que lleva al menos 30 años trabajando en diversas partes del centro histórico de Villahermosa, por lo que conoce a muchos vendedores ambulantes de las vecindades cercanas. Explica no tampoco es rico, que tiene sus propios problemas económicos como los demás, pero que eso no impide ayudar a los niños que venden dulces, franeleros o personas de la tercera edad que están en esta situación."Nosotros somos clase media baja, también tenemos problemas de dinero, de renta, pero nadie es tan pobre que no pueda regalarle un plato de comida al que tiene hambre, la única intención es ayudar a estas personas, son nuestros amigos y estamos en una situación muy difícil todos los mexicanos, así que si podemos hacer algo por los demás hay que hacerlo", dice don José.El local de don José lleva por nombre "Calditaco", ahí, vende carnitas y caldos de frijoles. Lo hace junto a su esposa y tres de sus empleados, quienes decidieron recibir la mitad de su sueldo para apoyar esta situación. El primer día que implementó este apoyo dio 50 platos de comida. Sin embargo, fue tanta la afluencia de gente que tuvo que dar parte de las carnitas que vende para completar la ayuda de todas las personas que acudieron. Al día de hoy reparte alrededor de 200 platos de comida.Don José cuenta que junto a su familia decidió ayudar a estas personas: "somos ocho hermanos, algunos venden tamalitos, otros pollo, yo carne, así que entre todos ponemos algo para darle a la gente, lo hacemos por los principios que mi madre nos ha inculcado, al que tiene hambre hay que darle de comer, hay que ayudarle".Desde que comenzó a apoyar a todas estas personas don José se despierta a las cuatro de la mañana, una hora más temprano de lo acostumbrado, para preparar toda la comida. Pese a ello, siente una gran satisfacción poder brindar este apoyo a vendedores ambulantes, niños, adultos mayores o personas enfermas. "Es algo tan emocionante, hasta hemos recibido muestras de apoyo, a veces pasan carros y la gente que va ahí nos aplaude, es bonito, pero lo mejor es ver a los niños que se van con su plato de comida, alguna persona discapacitada que con una sonrisa te da las gracias o las personas de la tercera edad que te bendicen por la labor, vale la pena, es una satisfacción enorme", recalca don José.Don José dice que brinda este apoyo con mucho amor y cariño, que al contrario de otras personas, no lo hace por el reconocimiento, sino para que sus acciones se repliquen en el país, en un estado o en una comunidad. "Todos en nuestras casas tenemos un vecino que vive al día, a ese vecino podemos compartirle de nuestra comida. Los mexicanos somos grandiosos cuando pasan situaciones así, surge este apoyo, yo creo que le tenemos que demostrar al mundo de que estamos hechos. Tenemos que unirnos, ayudarnos los unos a los otros, así el peso será más ligero en esta difícil situación", finaliza don José.JM