Viernes, 22 de Noviembre 2024

Así era la fábrica de refresco pirata en la Ciudad de México (FOTOS Y VIDEO)

La bebida apócrifa era comercializada en puestos ambulantes de comida, establecidos en las diferentes áreas de la Ciudad de México

Por: Iván Emmanuel Ortega Herrera

En pésimas condiciones se encontraba la bodega ubicada en Iztapalapa. ESPECIAL

En pésimas condiciones se encontraba la bodega ubicada en Iztapalapa. ESPECIAL

Siguen las investigaciones en torno al predio donde se elaboraba refresco pirata en la CDMX; hasta el momento dos personas identificadas como Jesús Ignacio “N” y David “N”, se encuentran detenidas.

A decir del doctor Ulises Lara López, vocero de la Fiscalía Genera Justicia de la CDMX, los detenidos fueron puestos a disposición de un juez de control.

“David N habría sido el encargado de las botellas de vidrio y cobraba aproximadamente 2500 pesos por semana, al igual que Jesús N, quien realizaba sellado de envase y de reparto”. externó el vocero.

La bodega se ubicaba en la  colonia Santa Martha Acatitla Norte, alcaldía Iztapalapa. ESPECIAL/ Fiscalía CDMX 

En el operativo se aseguraron cuatro paquetes de refresco, cada uno con 12 envases de vidrio, un localizador de Geoposicionamiento Satelital (GPS), un automóvil tipo Sedán, una camioneta y una motocicleta.

También, cerca de 130 cajas de plástico, cada una de ellas con seis botellas de tres litros llenas de supuesto refresco de cola y cerca de 800 cajas adicionales, cada una con 24 envases de 600 mililitros, listos para ser rellenados.

La bebida apócrifa era comercializada en puestos ambulantes de comida, establecidos en las diferentes áreas de la Ciudad de México.

Así era la bodega

En el lugar, ubicado en colonia Santa Martha Acatitla Norte, alcaldía Iztapalapa, se puede apreciar que no contaban con ningún tipo de protección e higiene.

En el inmueble había una conexión de mangueras que muy posiblemente era por donde pasaban el líquido, luego de ser preparado para después ser envasado.

Además en fotografías se puede observar que era un espacio abierto, por lo que no había cuidado alguno de que el aíre y la contaminación se mezclaran con el producto.

Por otro lado, el mismo vocero de la Fiscalía de la CDMX dio a conocer que las tapas eran compradas a recolectores, por lo que no había garantía alguna que los envases y las tapa-roscas pasaran por algún un proceso de calidad.

Las cajas y envases se pueden apreciar que se encontraban descuidadas y sucios, por lo que tal vez no eran limpiados previamente antes de echar el líquido. 

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