La Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) en México ha abordado diversas preocupaciones relacionadas con las sopas instantáneas a través de estudios y recomendaciones dirigidas a los consumidores. Esta agencia gubernamental se encarga de proteger los derechos de los consumidores y garantizar que los productos en el mercado cumplan con estándares de calidad y etiquetado.Las sopas instantáneas se han convertido en una opción popular para aquellos que buscan una comida rápida y conveniente. Disponibles en una variedad de sabores y formatos, estas sopas suelen ser un recurso práctico para quienes tienen un ritmo de vida acelerado. Sin embargo, a pesar de su conveniencia, las sopas instantáneas presentan varios inconvenientes desde el punto de vista nutricional y de salud. Las sopas instantáneas son alimentos preelaborados que solo requieren la adición de agua caliente para prepararse. Vienen en envases de plástico o tazas, y se presentan en dos formatos principales: fideos instantáneos y sopas en polvo o en cubos. Estas sopas se fabrican mediante un proceso de deshidratación, en el cual se eliminan la mayor parte de los líquidos para facilitar su almacenamiento y prolongar su vida útil. Al agregar agua caliente, los ingredientes deshidratados se rehidratan, creando una sopa lista para consumir en cuestión de minutos. Es por ello que, así como han señalado en el pasado las sopas instantaneas que no son recomendadas para el consumo y se encuentran legalmente en el mercado, hoy Profeco nos trae una sopa a la que ha dado el visto bueno, y si bien se sigue pidiendo que se consuma a discreción, su contenido protéico así como sus niveles “controlados de sodio”, más las verduras y condimentos que contiene la colocan por encima de otras marcas. Se trata de Knorr y su línea de sopas instantaneas, de las que destaca la Fusilli tomate y mozzarella con 7.67 gramos de proteína, 0.97 gramos de grasa, 22.99 gramos de carbohidratos y 119 kilo calorías por cada 100 gramos de producto. Con información de ProfecoBB