El mercado mexicano de productos alimenticios cuenta con una amplia gama de jamones, sin embargo, no todos cumplen con las regulaciones actuales respecto a los porcentajes de carne y grasa especificados en sus etiquetas.Un análisis reciente realizado por el Laboratorio Nacional de Protección al Consumidor, parte de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), descubrió que algunas marcas de jamón no satisfacen los estándares exigidos. No obstante, el estudio también identificó productos que cumplen con las normativas de calidad y etiquetado.El estudio abarcó diversas marcas de jamón, clasificándolas en categorías como Extrafino, Fino, Preferente, Comercial y Económico. Según la Revista del Consumidor, en su edición número 522, tres marcas se destacaron por adherirse a los estándares y recibieron recomendaciones para su consumo. Este producto de 300 gramos se destacó como el mejor en su categoría. Ofrece un bajo contenido de grasa, con solo 2.20 gramos por porción, y un 15 por ciento de proteína magra, lo que lo convierte en una opción saludable y nutritiva. Cada 100 gramos de este jamón aportan 101 kilocalorías, ideal para quienes buscan mantener una dieta equilibrada. Presentado en porciones de 250 gramos, también fue recomendado. Aunque su contenido de grasa es ligeramente superior al del jamón de San Rafael, con 3.54 gramos por porción, su porcentaje de proteína es elevado, alcanzando el 16.2 por ciento. Con 107 kilocalorías por cada 100 gramos, es otra opción beneficiosa para equilibrar la ingesta de grasas y proteínas. Fue reconocido por su bajo contenido de grasa y su balanceado porcentaje de proteína, haciendo de él una opción accesible y adecuada para una dieta balanceada.Este análisis demuestra que, a pesar de que algunas marcas en el mercado mexicano no cumplen con los requisitos de calidad, hay opciones confiables disponibles para los consumidores.BB