México es uno de los países que más refresco consume en el mundo. Esto desencadena a la vez problemas graves de salud con los cuales las autoridades e instituciones médicas llevan lidiando por años. De acuerdo con la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), el consumo excesivo de los refrescos puede "provocar obesidad y desencadenar enfermedades cardiovasculares, lo que genera un daño doble en los más pequeños, que apenas se están desarrollando. Esto queda demostrado en las estadísticas, en las que México ocupa los primeros lugares en los países con mayor obesidad infantil. Al analizar los diversos refrescos que se venden en México, la Profeco realizó las siguientes investigaciones: Los refrescos contienen agua natural, gasificada o mineralizada, azúcares, aditivos alimentarios conservadores, colorantes, saborizantes y acidulantes, cafeína y edulcorantes no calóricos. ¿Qué son? Los edulcorantes no calóricos son aditivos alimentarios que se agregan a alimentos y bebidas en reemplazo del azúcar, y que tienen repercusiones en la salud tales como la disminución en la sensibilidad de la insulina, y el aumento de la glucosa en la sangre. Su sabor dulce hace que los niños se acostumbren fácil a ésta. Los refrescos también contienen azúcar y sus variantes, pero más drásticos. Por ejemplo, el Aspartame, que suelen usar los refrescos, es 200 veces más dulce que el azúcar común. Los azúcares ocasionan aumento de peso si se consumen en exceso. La OMS recomienda que sólo se consuman de 25 a 50 gramos al día. Profeco revisó 46 productos del mercado mexicano, de los cuales se analizó lo siguiente:Los siguientes refrescos no son recomendados para los niños, debido a sus altos niveles de azúcar, cafeína, y la información no veraz al consumidor. Por sus altas cantidades de azúcar, los refrescos menos recomendables son:Con información de la Revista del Consumidor de Profeco FS