Quien fuera la primer aspirante indígena a la presidencia de México, Maria de Jesús Patricio --también conocida como “Marichuy”--, anunció el miércoles que las organizaciones que la apoyaron, entre otras el Ejército Zapatista de Liberación Nacional, no se alinearán con ningún candidato en las elecciones de julio y ni siquiera instarán al voto, porque tanto el proceso de recolección de firmas como la campaña han demostrado ser “un cochinero” donde se puede ganar con “trampas, dinero y poder”.No obstante, dijo que el Consejo Indígena de Gobierno (CIG) --que la nombró vocera-- continuará recorriendo el país para instar a una “resistencia organizada”.“Ni el CIG ni nuestra vocera buscarán ni aceptarán ninguna alianza con ningún partido político o candidato, ni llamarán a votar o a la abstención, sino que seguiremos buscando a todos los de abajo para desmontar el pestilente poder de arriba”, dice el comunicado avalado por el Congreso Nacional Indígena (CNI), una organización que representa a 43 pueblos indígenas del país, y que fue leído por Patricio. “Voten o no voten, organícense”.La aspirante intentó recabar las firmas necesarias para poder estar en la boleta electoral del 1 de julimso como independiente pero no llegó al número exigido por las autoridades electorales. En este sentido, el CNI lamentó que sí lograran quedar como candidatos aspirantes que incorporaron firmas fraudulentas.“Cada día sentimos más repugnancia por el poder de arriba que hace cada día más notorio el profundo desprecio contra todas y todos los mexicanos”, dijo Marichuy. “No tenemos cabida en su juego”.Denunció además el “silencio cómplice” de todos los candidatos ante el despojo que sufren los indígenas en el violento México actual.Carlos Gonzalez, un representante del Consejo de Gobierno, explicó que el izquierdista Andrés Manuel López Obrador, favorito en todas las encuestas, intentó buscar su apoyo a través del reconocido sacerdote defensor de derechos humanos Alejandro Solalinde pero que la decisión que tomó el Consejo fue rechazar la oferta.“Hubo el ofrecimiento específico para incorporarse al posible gobierno que surgiera del posible triunfo de Andrés Manuel López Obrador”, señaló González, quien agregó que aunque no hubo respuesta en ese momento sí la hay ahora.“El CIG, consecuente con lo que ha venido diciendo y haciendo, acordó que no va a apoyar a ningún candidato, que no se va a convertir en partido político y que va a seguir luchando como ha venido haciendo”, reiteró.Esta fue la primera vez que el Ejército Zapatista, que se alzó en armas en 1994, entraba formalmente en una contienda electoral aunque desde el principio Marichuy enfatizó que su objetivo no era llegar al poder sino visibilizar los problemas y el despojo al que son sometidos los pueblos indígenas. Por eso nunca llamó a votar o no votar por nadie.Después del intento y pese a no lograr la candidatura, el CIG considera un éxito haber conseguido organizarse mejor y demostrar que existe otra forma de hacer campaña.“Sentimos un enorme orgullo de formar parte de un esfuerzo organizativo probadamente honesto y auténtico que puso un ejemplo al país”, sentenció otra representante del Consejo, Gabriela Vega. SA