El gobierno federal envió 25.000 soldados a Acapulco, Guerrero, luego de que este centro turístico fuera azotado por el huracán Otis el 25 de octubre de 2023, pero aparentemente eso no ha detenido la violencia esta semana.El presidente de la Cámara Nacional de Comercio y Servicios Turísticos de Acapulco, Alejandro Martínez Sidney informó que debido a las amenazas y ataques de grupos delictivos han provocado que alrededor del 90% de las camionetas de pasajeros de la ciudad dejen de operar, es decir no hay transporte público. Además, la cámara señaló que la violencia obligó a los negocios a cerrar temprano el pasado jueves y viernes.El problema continuó hasta el viernes y se vieron pocas camionetas tipo van o autobuses en las calles.Martínez Sidney aparentemente se refería a los ataques a camionetas de pasajeros de propiedad y operación privada en los últimos días. Medios locales publicaron que al menos tres camionetas tipo van habían sido quemadas, una práctica que los grupos delictivos suelen utilizar para exigir pagos de protección diarios a los conductores.El huracán de categoría 5 mató a 52 personas, dejó 32 desaparecidos y dañó gravemente casi todos los hoteles del centro vacacional.El gobierno se ha comprometido a construir unas tres docenas de cuarteles para la Guardia Nacional en Acapulco. Pero incluso con los soldados en las calles, la violencia que ha asolado a Acapulco durante casi dos décadas parece haber continuado.La economía de Acapulco depende casi por completo del turismo, y hay comparativamente pocos visitantes en la ciudad, en parte porque sólo se han reparado unas 4.500 habitaciones de hotel, una pequeña fracción de las decenas de miles que alguna vez tuvo la ciudad.NA