Aunque el aspirante a candidato presidencial independiente Armando Ríos Piter desertó de los partidos políticos, asegura que sigue creyendo en ellos, pero no en los que hoy existen en México, que se hicieron "adictos al dinero".Durante una conversación con José Woldenberg para la realización de la serie televisiva "Pensar México", que se graba durante la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, Ríos Piter señaló que no comparte el discurso de la antipolítica y está seguro que sin partidos no hay democracia, sin embargo insistió en que en México están corruptos y no se puede diferenciar uno de otro.Señaló que en los recientes escándalos de corrupción que han sacudido al país, todos ellos están inmersos y como ejemplo recordó casos como los de Veracruz, Tláhuac, Sonora y Ayotzinapa. En su opinión, el malestar general de la gente proviene principalmente por la corrupción que se ve en las campañas, en la compra de votos, en el clientelismo, en los compadrazgos que generan compromisos para asignar obra u otros contratos y en el crimen. Así, planteó que la opción por la que se decantó, la de una candidatura independiente, pasa por hacer "contra campañas", con poco dinero y que llegando a sectores desencantados con la política para hacerlos creer en ella de nuevo.En su opinión un iluminado no puede resolver los problemas del país y por ello se coordina y dialoga con otros aspirantes a candidaturas independientes.Cuestionado por Woldenberg sobre si eso no implica en los hechos moverse como un partido político, Ríos Piter dijo que al no haber una plataforma común no se trata de lo mismo.Aseguró que su mayor coincidencia es el repudio a cómo hacen política los partidos, pero insistió en que cada cual trae sus ideas y posicionamientos.Recordó, sin embargo, que hay independientes que han buscado la ruta de conformar algo similar a un partido de independientes, pero lo consideró un error.Como aspirante a la presidencia del país, señaló que la primera desigualdad que hay que abatir es la que hay ante la ley, pues nuestro Estado de derecho sigue determinado por quienes tienen poder y riqueza.En ese sentido, afirmó que el actual debate por transformar la Procuraduría General de la República en una Fiscalía no es menor, pues el viejo régimen busca refugiarse ahí.Por lo anterior, señaló que se debe empezar por reestructurar las instituciones que hoy no funcionan y aunque hay intentos por hacerlo, el sistema "no quiere cambiar y está pataleando".Señaló, además, que se han "cacareado" muchos las llamadas reformas estructurales, pero "no se hablan entre ellas" y no se articulan, por lo que no funcionan.AV