Las comunidades de Ordeñitas y Maravatío, municipio de Parácuaro, Michoacán, ya se han convertido en pueblos fantasmas por el temor de los habitantes a quedar entre el fuego cruzado de la batalla que arreció entre grupos del crimen organizado, reveló el párroco Adrián Alejandre Chávez.Los mismos habitantes informaron que desde la semana pasada que iniciaron los enfrentamientos entre grupos armados a la fecha van cerca de 100 familias desplazadas. Unos han dejado sus hogares por decisión propia y otros "por invitación" de los grupos delincuenciales, pero todos, invadidos por las lluvias de disparos.Entrevistado al respecto, el sacerdote católico llamó a las autoridades para que restablezcan la paz en esas comunidades ubicadas en los límites de Parácuaro y Tancítaro."El problema (mayor) es en las comunidades de Maravatío y Ordeñitas. No ha quedado ninguna familia. Algunos familiares dan vueltas en la mañana para ver cómo están sus pertenencias y luego regresan a la cabecera municipal", precisó.Alejandre Chávez narró que, con base a lo que los pobladores le han platicado, el miedo los obligó a abandonar sus hogares.El religioso confirmó que los habitantes de esos poblados le han pedido apoyo, por lo cual habilitó como refugio el salón parroquial. Sin embargo, expuso, que los desplazados han decidido refugiarse con familiares y amigos en la cabecera municipal y sus alrededores."Con lo que sí se les ayudó fue con ropa, porque salieron sin ropa y han estado dándome ropa en la parroquia para ellos", destacó.Un habitante de ese –que pidió el anonimato- señaló que son cerca de 100 familias las desplazadas por la violencia y que se han convertido en pueblos fantasmas donde solamente viven los estruendos de las armas de grueso calibre con las que se disparan los grupos al servicio del crimen organizado, además de que en las escuelas ya no hay actividades.OA