La Navidad es una de las celebraciones más importantes del año en México, donde la mezcla de tradiciones católicas y costumbres locales da vida a un festejo lleno de simbolismo, unión familiar y alegría. Con raíces en la palabra latina "nativitas", que significa "nacimiento", la Navidad conmemora el nacimiento de Jesús en Belén, un evento que funciona como pretexto para que se reúnan millones de personas cada 24 y 25 de diciembre.El 24 de diciembre, conocido como "Noche Buena", es un día especial para las familias mexicanas. En esta fecha, la unión familiar se lleva a cabo con una cena ostentosa de fondo, cuyos alimentos varían según la región: mientras en algunos lugares se sirve bacalao, pierna de cerdo rellena o pavo, en otros se acostumbra a compartir un plato de pozole, mole navideño u otros tradicionales. Este banquete no solo agrada al paladar, sino que simboliza la abundancia y la esperanza que trae el nacimiento de Jesucristo. Pero la Noche Buena no llega de la nada: entre el 16 y el 24 de diciembre, las calles y hogares de México en algunos sitios todavía se llenan de vida con las posadas, una tradición que recrea el peregrinaje de María y José en busca de refugio. Este ritual no solo es un homenaje a los valores de solidaridad y fe, sino también una oportunidad para compartir momentos con amigos, la pareja, amigos, compañeros de trabajo y hasta y vecinos. Estas fiestas terminan con el acto de "pedir posada" y, por supuesto, con la tradición de romper la piñata, que tiene un significado profundo: su forma de estrella con siete picos representa los pecados capitales, y al caer al suelo hecha pedazos se simboliza la victoria del bien sobre el mal.La decoración navideña en México es otra de esas tradiciones mexicanas que prevalecen hasta estos tiempos. Aunque cada vez ocurre menos, los hogares suelen adornarse con nacimientos, representaciones artísticas del nacimiento de Jesús, que varían desde versiones sencillas hasta verdaderas obras de arte en las que destaca la creatividad de adornar con un paisaje. Por otro lado, el árbol de Navidad, una costumbre extranjera que llegó hace ya muchos años al país, se ha convertido en un símbolo de unión y esperanza, con luces y esferas que iluminan la temporada.Las pastorelas y los villancicos añaden un toque de tradición y alegría a las celebraciones. Las primeras, con sus representaciones teatrales del viaje de los pastores hacia el nacimiento de Jesús, son una mezcla de la religión y en ocasiones con clave de humor que encanta a niños y adultos. En tanto, la rosca de Reyes, que se acostumbra a comer entre el 5 y el 6 de enero, cierra este periodo festivo al recordar la adoración de los Reyes Magos con un pan en cuya masa se esconden figuras del Niño Jesús: quien lo encuentre invita los tamales. *Mantente al día con las noticias, únete a nuestro canal de WhatsAppOF