Sábado, 30 de Noviembre 2024

Mujeres revelarán en Chiapas sus historias de violencia

El Segundo Encuentro de Mujeres que Luchan se llevará a cabo en la sierra chiapaneca para ofrecer un ambiente de intimidad para compartir vivencias

Por: NTX

El evento organizado por zapatistas espera ser el ágora donde las presentes puedan sumergirse en la mística femenina de la denuncia y la acción. ESPECIAL

El evento organizado por zapatistas espera ser el ágora donde las presentes puedan sumergirse en la mística femenina de la denuncia y la acción. ESPECIAL

El Segundo Encuentro de Mujeres que Luchan, que se llevará a cabo en la sierra chiapaneca, ofrecerá un ambiente de intimidad, confianza y entendimiento, donde miles de mujeres podrán contar sus historias, cuya protagonista es la violencia.

Decididas a dar a conocer sus testimonios, a escuchar, analizar y proponer soluciones, el evento organizado por zapatistas espera ser el ágora donde las presentes puedan sumergirse en la mística femenina de la denuncia y la acción.

Con mochilas y bolsas de dormir cargadas en la espalda, la mayoría de las interesadas se trasladan en camionetas y taxis desde San Cristóbal de las Casas hasta el Semillero "Huellas del Caminar de la Comandanta Ramona", en el Caracol Morelia, cerca del municipio de Altamirano.

A pesar de que desconocen el suceso que se llevará a cabo del 27 al 29 de diciembre, el inesperado arribo de centenares de mujeres que llegaron la víspera y hoy por la mañana, propició que conductores de vehículos destinados para viajes a Tuxtla Gutiérrez, vieran una oportunidad de negocio y decidieran cambiar su ruta para llevar a las turistas hacia el Caracol.

El costo del pasaje ronda desde los 85 hasta los 150 pesos por persona en el traslado en vagonetas o taxis colectivos de sitio.

Mientras, la renta del servicio en un transporte tomado en algún punto del centro histórico de San Cristóbal tiene un costo de 900 a mil 400 pesos. El viaje de este municipio al Caracol Morelia es de aproximadamente dos horas y media.

En las unidades que movilizan a las asistentes al evento, los acentos de argentinas, estadounidenses, mexicanas y demás nacionalidades se mezclan todavía tímidamente con una o dos frases sin importancia.

La postura reservada quizás es sólo la cortina que se levantará una vez que se encuentren en el Semillero, el lugar donde la complicidad, entendimiento y apoyo femenino ganarán terreno y permitirán que las historias de violencia que en menor o mayor grado todas han vivido, comiencen a fluir.

OB

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