La gasolina robada de los oleoductos, conocida como "huachicol", no es directamente vendida a quienes participan de este ilícito como compradores, pues antes de eso es adicionada con aceites, lubricantes y otros líquidos que maximizan las ganancias de los delincuentes, lo que además de ser un peligro para el medio ambiente puede causar serios problemas a los autos que la usan.De acuerdo con Petróleos Mexicanos (Pemex), de enero a abril de 2024 se han reportado 4 mil 426 tomas clandestinas de donde se extrae combustible de manera ilegal, y su colocación en el mercado muchas veces burla las disposiciones legales, pasando a los consumidores como legítima.La Comisión Nacional para el Uso Eficiente de la Energía (Conuee) ha indicado que las piezas afectadas por el uso de "huachicol" son las válvulas de admisión y escape, pistones y múltiple de admisión, las cuales son responsables del paso del combustible hacia los demás componentes del motor.Asimismo, el fabricante Bardahl advierte que la gasolina adulterada obstruye componentes importantes como los inyectores, la bomba de combustible y el carburador. En consecuencia, los autos tendrán un rendimiento menor y hasta podrían sobrecalentarse.Finalmente, el "huachicol" puede meter en problemas a los automovilistas en el proceso de verificación vehicular, ya que los combustibles de baja calidad incrementan la emisión de gases contaminantes medidos en estas pruebas.Identificar la gasolina adulterada a simple vista resulta complicado, ya que se trata de una mezcla homogénea entre el combustible tradicional y lubricantes, solventes o agua; sin embargo, hay cambios en su textura, aroma y color. Los comportamientos anormales del automóvil suelen ser el mejor indicativo de que se está usando combustible irregular.Según explican los especialistas, el "huachicol" ocasiona efectos negativos en los sistemas de combustión y provoca la pérdida de potencia. Además de eso, otras señales de alerta son:La mejor forma de evitar ser víctima de un engaño es llenar siempre en estaciones verificadas, y considerar que, además de participar, en un delito, usar gasolina robada puede causar gastos mayores a largo plazo.