Para casi nadie es un secreto que en nuestro país las ciudades son cada vez más inhabitables: más caras, más distantes, más precarizadas y con menos servicios; de este modo, miles de personas se preocupan por su imposibilidad de adquirir una vivienda en propiedad o, incluso, en arrendamiento; y sin embargo, esta problemática sigue siendo percibida como una cuestión individual y no como el problema estructural que significa; en este contexto, el libro “País sin techo” (Grijalbo, 2023), de Carla Escoffié, es una herramienta útil para entender lo que implica hoy día hablar del derecho a la vivienda, así como las diversas caras de las violaciones de dicho derecho en México.La autora, a partir de entrevistas, investigación y casos judiciales -porque es experta en el derecho a la vivienda y el derecho a la no discriminación- traza una ruta por cinco ciudades: Mérida, San Francisco de Campeche, Ciudad de México, San Luis Potosí y Monterrey, ejemplos que brindan un panorama ilustrativo capaz de favorecer nuestra comprensión del fenómeno.En entrevista con EL INFORMADOR, Escoffié refiere que tras poner por escrito “algunas reflexiones, ideas y vivencias en torno a su experiencia como abogada en torno al derecho a la vivienda, surgió posteriormente la posibilidad de hacer un libro para tratar de explicar algunos puntos generales que es importante que reflexionemos en este país respecto al tema”.Asimismo, continúa la autora, en cuanto a la estructura del libro, las ciudades en las que se divide el cuerpo del texto buscan ser “un muy breve recorrido por la problemática de vivienda en el país que, siendo tan diverso, hay que ver cómo se va manifestando en distintos estados y regiones. La selección corresponde simplemente a ciudades donde había tenido trabajo como abogada y en las que conocía el contexto para realizar un análisis”.Precisamente, una de las cuestiones que siempre se escapa en este intento de análisis, afirma Escoffié, “es el marco legal, porque hay instituciones que tienen que ver con la situación laboral, o hay una falta de adecuación en lo legal; de hecho, cuando hablamos del derecho a la vivienda, mucha gente piensa que se habla de regalar casas a medio mundo, y no, eso no es, es algo más amplio, que incluye medidas que no necesariamente requieren de presupuesto o costo económico para el erario, a veces se requiere la adecuación de la legislación o las políticas enmarcadas en la idea de asesorar a la gente”.Además, indica la asesora legal, “las opciones que existen para que el Estado ayude a garantizar este derecho son muy variadas, y es que la legislación estuvo ausente por años, apenas hace poco y debido a la pandemia el interés se disparó, porque se dejó de ver el problema como restringido a lo personal, la meritocracia y el esfuerzo individual, sino a cuestiones estructurales y de política pública; pero esta discusión requiere reformular lo que entendemos por derecho a la vivienda, las obligaciones del Estado y la definición de las exigencias”.ABRE EL DEBATEEscoffié sostiene que la idea esencial del libro “es hacer un diálogo, participar en el debate público y, obviamente, compartirlo con la gente que está interesada en el tema, aunque no sean estudiosos o profesionales en este campo. Lo que he notado en los últimos años, es que cuando se discuten estos temas acude gente que estudió medicina, diseño o contaduría, ya no es un tema que apele de forma única a urbanistas, arquitectos y sociólogos, sino que es algo público (siempre lo ha sido, pero se acentuó ese cariz). Lo que espero que logre es generar una diálogo y que continúe, que se involucre la gente, que lean del tema y que se discuta de modo permanente en la agenda pública”.Por ese detalle, establece la abogada, “es que el lenguaje del libro está pensado para que sea accesible para todas las personas. Creo que así debe ser, porque eso hace mejor el debate. Tristemente, por mucho tiempo, los debates en torno a la vivienda y la ciudad apelan sólo a ciertos profesionales y consideran que el resto deben mantener una actitud pasiva; y lo que se necesita es lo contrario. Por eso el libro apela a esa necesidad”.Finalmente, la clave es aceptar que estamos ante un problema estructural, insiste Escoffié, “y es que al hablar de derechos hay un aspecto individual cuando hablamos de derechos y su ejercicio; pero el Estado debe atender problemas estructurales, y aun cuando uno atienda detalles en lo individual, topa pared con autoridades o instituciones privadas. Y esta dimensión no es fácil percibirla en cuanto a la vivienda, y hay factores relevantes, porque lo que es urgente en México es que haya más atención en el aspecto público de la discusión, y revisar los casos donde se ha presentado corrupción”.Es abogada por la Universidad Autónoma de Yucatán y maestra en Derechos Humanos y Democratización por la Universidad Externado de Colombia. Ha litigado ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación y ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Su experiencia abarca temáticas sobre derechos de los pueblos indígenas, población LGBTTTIQ+, medio ambiente, no discriminación y género, pero de manera particular se ha enfocado en las problemáticas de vivienda y de ciudad. Forma parte de la Red de Desalojos (Ciudad de México) y colabora con distintas organizaciones. También se ha dedicado a la creación de contenido en redes sociales para difundir información sobre derecho a la vivienda y derecho a la ciudad. Actualmente es directora del Centro de Derechos Humanos de la Facultad Libre de Derecho de Monterrey.